La oposición solicitó al Gobierno más recursos para ayudar a las familias, luego de la primera propuesta del Ministerio de Hacienda para un plan económico de emergencia. La Moneda plantea un marco fiscal de 10 mil millones de dólares, con un 30% destinado a los próximos tres meses, y un 70% para la reactivación.

La cobertura y el monto del Ingreso Familiar de Emergencia han marcado las primeras diferencias en la negociación, que debe culminar el viernes.

Dos semanas han pasado desde el llamado a un gran Acuerdo Nacional convocado por el presidente Sebastián Piñera y, con las conversaciones más aterrizadas, oposición y Gobierno ya encontraron las primeras diferencias en materia de un plan económico de emergencia.

La primera definición de Hacienda fue el marco fiscal, que no superaría los 10 mil millones de dólares, de los cuales un 70% están pensados en un horizonte de entre 18 y 20 meses.

Esto se destinaría al proceso de reactivación económica y del empleo, incluyendo medidas de alivio tributario para pequeñas y medianas empresas, como también para incentivar la inversión privada.

Otro 30% sería para lo inmediato, donde se aumentaría la cobertura del seguro de cesantía para los contratos suspendidos en la Ley de Protección del Empleo hasta un 50%, retirando la disminución progresiva.

Una fórmula similar para el Ingreso Familiar de Emergencia, en el cual el aporte aumentaría a cerca de 85 o 90 mil pesos, abarcando al 80% de la población más vulnerable y retirando la gradualidad.

Ahí radican las grandes diferencias con la oposición, desde donde esperaban una cobertura similar a la línea de la pobreza, por encima de los cien mil pesos, como lo proponían distintos grupos de economistas desde marzo.

De hecho, se calificó esta propuesta como decepcionante, y tanto el presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín, como el jefe del PPD, Heraldo Muñoz, sostienen que el Ejecutivo subestima la crisis.

El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, que es uno de los responsables de liderar las negociaciones, defendió el enfoque de estas medidas argumentando que tanto o más importante que la emergencia es la reactivación de la economía y el empleo una vez superada la pandemia, para mejorar la calidad de vida de la población.

También hubo eco en los partidos de Gobierno, desde donde el diputado de Renovación Nacional, Alejandro Santana, aseguró que aún hay apertura a modificaciones.

Por su parte, el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, llamó a mantener la seriedad y la responsabilidad en el debate.

El senador PPD, Ricardo Lagos Weber, detalló parte de la propuesta que como oposición solicitarán al Gobierno para el corto plazo, fundamentando que el objetivo es que las familias chilenas puedan subsistir por los próximos 3 meses en el escenario de emergencia sanitaria.

El plazo autoimpuesto por el Ejecutivo para zanjar un borrador de este acuerdo nacional es para antes del viernes, por lo que ya se estaría trabajando en una contrapropuesta del bloque opositor.

De hecho, este martes por la tarde hubo nuevas reuniones en que los parlamentarios hicieron sus primeras observaciones respecto de estas ideas, sin una contrapropuesta formal. Los encuentros continuarán este miércoles.

A la oposición le preocupa el IFE, que quieren separar del resto del plan, pidiendo también clarificar las fórmulas de financiamiento, ya que se está proponiendo un marco de 10 mil millones, pero no todo serían recursos nuevos.

Además, se está planteando un horizonte de gasto para todo el resto del mandato de Sebastián Piñera, y no acotado a la crisis.