Diez años han pasado, pero en las calles de Talcahuano todavía se pueden apreciar algunos vestigios del terremoto del 27 de febrero del 2010.

La ciudad chorera estuvo en la denominada ‘Zona Cero’ debido a los graves destrozos que provocó el movimiento sísmico de 8.8 y posterior tsunami en la zona.

Las imágenes hablaron por sí solas e impactaron a un país que todavía no magnificaba la gravedad del desastre natural. Barcos en plena calle, containers desparramados, sacos de harina de pescado y autos destruidos eran solo una pincelada de lo que verdaderamente ocurrió aquellos días.

Después vino la reconstrucción y el cambio de imagen a la ciudad puerto. Hoy luce con orgullo sus nuevas bentotecas y un mítico Estadio El Morro con vista privilegiada y todos los estándares para disputar un partido de fútbol profesional.

Que todavía exista un mercado provisorio mientras la antigua estructura se pudre entre escombros, basura y uno que otro personaje pidiendo una ‘gambita’ ya pasó a ser una anécdota para los habitantes, un oscuro recordatorio de que el mar puede dar pero también quitar.

Uno de los lugares más emblemáticos que también quedó totalmente devastado fue el Estadio El Morro, mismos pastos donde jugó Pelé con el mítico e invencible Santos. Ese día, quienes estuvieron cuentan de gente encaramada por todo el cerro para ver al astro brasileño.

Daniel García | Agence France-Presse
Daniel García | Agence France-Presse

De no ser por el pequeño monte que rodea el sector sur del recinto, los daños hubieran sido peores. Los muros se cayeron, el agua llegó a los dos metros , las casetas de transmisión se destruyeron y el arco norte se salió de su lugar y quedó a la mitad de la cancha.

En medio de todo ese caos, el equipo de fútbol trató de levantarse, lo consiguió y a la postre viviría una de sus mejores campañas en el profesionalismo.

Resulta paradójico que en la actualidad, con una ciudad que cada año recibe más turistas, la situación sea radicalmente opuesta. Naval de Talcahuano está agonizando y se ve muy difícil que esta temporada sea aceptado en la Segunda División Profesional.

La Sociedad Anónima no da luces ni tampoco explicaciones a los hinchas y el Club Social es el único que está trabajando para que el tradicional equipo no desaparezca en las aguas del olvido.

Paula Campos
Paula Campos

“Vi cosas que no se me van a olvidar nunca”

El 21 de febrero fue el último partido de Naval antes que el terremoto 8.8 hiciera estragos a lo largo del país.

Aquella jornada, se sufrió una dura derrota por 4-2 ante Unión Temuco. El ‘Ancla’ era dirigido por el argentino Juan Carlos Almada, delantero que registró exitosos pasos como jugador en Universidad Católica y Deportes Concepción.

La actitud que mostró el equipo los días posteriores terminó por encandilar a la hinchada. Dieron la cara y en condiciones desfavorables siguiendo vistiendo la camiseta blanquiazul.

Así lo recuerda Almada, quien en la actualidad está a punto de embarcarse a un nuevo desafío dirigiendo en la tercera división del fútbol ecuatoriano.

Al preguntarle de su recuerdo de aquella noche del 27/F toma aire por unos segundos y reflexiona de entrada. “Yo estoy dos días de cumpleaños, el 15 de agosto y el día del terremoto”.

El trasandino miró un rato a Ricardo Arjona en el Festival de Viña del Mar y antes de las tres de la mañana estaba acostado. Sin embargo, no podía dormir, reflexionando ideas futbolísiticas.

Lo que vendría después, Almada lo relata: “Estaba en un décimo piso y la cama se movió tres metros hacia la ventana. Me puse la ropa que pude y bajé entre gritos y lamentos. Nos juntamos un grupo pequeño de personas mientras las réplicas no paraban, con la incertidumbre de saber si venía el agua o no, por suerte arrancamos hacia los cerros”.

“Bajé a las siete y media y el agua lo había tapado todo, después ver las miserias humanas que todos sabemos: los saqueos. Yo me fui al hotel de un amigo a cuidarlo junto a su hijo y allí nos quedamos”, agregó.

El goleador de la Libertadores del 93 junto a los cruzados, pasó los siguientes días sin comunicación con el exterior, en labores de reconstrucción, pensando en cómo dar vuelta un partido que a esas alturas todos daban por perdido.

“Las autoridades debieron actuar con más rapidez. Era tierra de nadie, vi cosas que no se me van a olvidar nunca, aparte del terremoto y el agua uno ve la miseria que le sale a todos, no entendía porque romper y robar”, reflexiona sobre esa semana.

La sede social de Naval estaba en el puerto. La saquearon; se llevaron medallas y copas. El centro también fue desmantelado completamente, entre supermercados, cajas de compensación y peluquerías.

Michel Saavedra Godoy
Michel Saavedra Godoy

Los refuerzos argentinos que trajo se fueron días después, pero Almada seguía pensando en el resto del plantel, cuyo paradero era incierto.

Así fueron apareciendo uno por uno. Andy Lacroix fue uno de ellos. El volante era uno de los baluartes de aquel equipo, y en el puerto había encontrado su lugar.

Al momento de la catástrofe se encontraba en Santiago, pero su novia era de la ‘Zona Cero’. “Con un compañero nos vinimos en auto, demoramos una semana. En el trayecto se veía la devastación completa, era difícil”.

“El 2010 fue el año más complicado que nos tocó vivir como jugadores, entrenábamos un miércoles nublado y recién en la noche sabíamos dónde entrenábamos el jueves. La tierra se movía durante las sesiones de entrenamiento”.

Pese a lo anterior, Naval retornó a la competencia y uno de los momentos más emotivos se vivió en la victoria por 3-2 ante Lota Schwager en Coronel.

El clásico regional se vivió con solemnidad, y antes del pitazo inicial, ambos planteles salieron con un lienzo que decía ‘Fuerza Talcahuano’.

Almada duró cuatro partidos más al mando del equipo, los resultados no lo acompañaron, pero ese no fue el motivo de su salida: “Yo no renuncio por el ámbito deportivo, me fui porque se me habían ido todos los extranjeros, mi familia estaba preocupada porque habían replicas, me había quedado solo, se me hacía muy difícil“.

En la misma línea recalcó que “tuve el apoyo de todos los jugadores y el cuerpo técnico, no querían que me fuera. Hasta el día de hoy me lo sigo cuestionando porque pensé que podría volver, tener otra chance en el país”.

@Aguantelota
@Aguantelota

Lo que el agua no se llevó, la Sociedad Anónima lo está haciendo

Resulta paradójico que estando la ciudad en un gran momento, con un lindo estadio y con una juventud cada día más ligada al deporte, el club insigne del puerto esté varado.

Las malas gestiones dirigenciales tienen hace varios años tambaleándose al cuadro chorero. Tras superar el año del terremoto, Naval estuvo a punto de ascender. Le faltó un gol para derrotar a Santiago Wanderers en Valparaíso.

Después vinieron campañas regulares, pero siempre competitivas, hasta que la ANFP decidió desafiliarlo por deudas impagas.

Hoy la situación es toda una incógnita. El club está a la espera del fallo del Tribunal de Disciplina. La campaña pasada estuvieron de invitados en la Segunda División, algo que muchos consideraron una burla.

Desde el 2001, Michel Saavedra Godoy es el encargado de la transmisión de los partidos para el programa ‘Locos por el fútbol’. Lo llaman ‘El Bufón del Relato’.

Con el presidente del club lejos de la zona, fueron los hinchas quienes se juntaron para levantar nuevamente a la institución. Se acercaban al estadio a remover escombros, y cuando llegó el plantel ayudaban aunque fuera con frutas después de los entrenamientos.

Saavedra relató sobre el retorno tras el 27F que “me lloré los tres relatos, uno se acuerda de todo, de la familia, la gente que había muerto”.

Archivo | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

Actualmente, un grupo de navalinos se niega a irse a pique: “Hemos traído ex jugadores, hecho homenajes, creamos conversatorios, ahora hay una sede bonita, todo eso es por el club social, pero hay cero comunicación con la sociedad anónima“.

Misma opinión comparte Lacroix, quien estuvo dirigiendo las inferiores del club y fue el encargado de las pruebas para quedar en el equipo, en lo que fue el último intento del club para que volviera a rodar la pelota en El Morro.

“Apena ver lo que está ocurriendo ahora, fue tan difícil sacar adelante ese plantel y ahora que no esté ni siquiera en quinta división duele”, señala ‘Andy’.

Además, recalca que “por parte de la S.A se espera un poco más, la gente no quiere ver morir a Naval y lamentablemente el equipo está agonizando, es así, hay que decir las cosas como son”.

Desde Argentina, Almada lamenta lo que está pasando, manda un saludo a todo ese valeroso plantel y pide que le hagan un homenaje ‘por siempre dar la cara’.

Y también reflexiona… Al igual que las cerca de dos millones de personas damnificadas. Lo suyo fue un ‘renacer, y ahora espera que pase lo mismo con el club y con la ciudad que lo acogió como uno más.

“Es increíble cómo pasa el tiempo, ese día en particular trato de aislarme un poco y repasar donde estoy. Gracias a Dios puedo contar esto. Todo mi respeto va con esa gente que en lo material o en vidas sufrió pérdidas”, cierra.

Paula Campos
Paula Campos