José Pablo Arellano, Enrique Krauss, Genaro Arriagada, Carlos Mladinic, Pablo Badenier, Claudio Orrego, Jorge Burgos, José de Gregorio, Edmundo Pérez-Yoma, Luis Felipe Céspedes, Jorge Rodríguez, René Cortázar, Belisario Velasco, Alejandro Ferreiro, Ignacio Walker, Carlos Figueroa, Andrés Zaldívar y Alejandro Foxley, todos exministros de Gobierno y militantes de la Democracia Cristiana, repudiaron en conjunto la violencia evidenciada durante la crisis social, rechazando también a los sectores políticos que no se han sumado a los acuerdos alcanzados en materia legislativa.

Los 16 exsecretarios de Estado, según consignó Emol, destacaron los avances en materia constitucional y la agenda social del Gobierno, cuestionando que en el país en materia de seguridad “no solo no se notan avances, sino que más bien se constatan graves retrocesos. La gente percibe que el paisaje de todos los días es el de saqueos, destrucción, vandalismo y delincuencia, en los que participan anarcos, narcos, lumpen, delincuentes comunes y una violencia organizada que aún no ha podido ser identificada con precisión”.

“La continuidad de esta situación de violencia y descontrol amenaza con diluir e incluso revertir los avances que hemos mencionado en los otros dos ámbitos. Queremos llamar la atención, además de los aspectos delincuenciales relacionados con la violencia de todos los días, que son condenables, sobre las responsabilidades políticas”, indicaron en la misiva.

El país, deslizaron, “ya fue notificado de las fuerzas políticas que se restaron del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución. Son los mismos que se han restado en el pasado de los grandes acuerdos que hicieron posible la recuperación de la democracia en forma pacífica, en torno al plebiscito de octubre de 1988”.

“Son las mismas fuerzas políticas que por estos días mantienen una actitud de inexcusable ambigüedad sobre la violencia de todos los días y quiénes la practican. Son los mismos que no trepidan en banalizar la movilización social y los paros nacionales, sin reparar en que, muchas veces, con el pretexto de esas movilizaciones y paros hay quienes no vacilan en ejercer la violencia, el saqueo y la destrucción”, apuntaron los exministros.

Con este motivo, “acusamos a esas fuerzas políticas de practicar un infantilismo revolucionario que no repara -y, a decir verdad, pareciera no importarle- en los efectos de una situación generalizada de violencia, no solo desde el punto de vista de los derechos de las personas, el orden público y la seguridad ciudadana, sino que de la viabilidad misma de la democracia y el estado de derecho”.

“Aprovechamos de reconocer y solidarizar con quienes desde las filas de la izquierda democrática han hecho planteamientos particularmente lúcidos y valientes en estos días. Vaya nuestro reconocimiento, especialmente, a un grupo de destacados dirigentes históricos del Partido Socialista, que han hecho un planteamiento público patriótico y de profundo sentido democrático”, expresaron, refiriéndose a la carta con la que un grupo de más de 80 miembros del partido se refirieron a la crisis social que vive el país.

En dicha misiva, los integrantes del PS advirtieron que la crisis puede derivar en un peligro para los fundamentos de la “vida democrática” chilena, acusando la presencia de minorías que aprovechan las causas de las protestas para dedicarse “a ciega destrucción, al vandalismo y al pillaje”.

Por todo lo anterior, llamaron “al conjunto de las fuerzas políticas y sociales a suscribir ojalá hoy mismo un Acuerdo por el Orden Público y la Paz Social, con una clara condena a la violencia en cualquiera de sus formas y un compromiso con aquellas medidas en el orden legislativo y administrativo que permitan que el estado recupere su control sobre el orden público y la seguridad ciudadana. Dicho acuerdo debe incluir un claro compromiso con los derechos humanos, que es el fundamento ético de la democracia”.