Hasta el mismo presidente Sebastián Piñera consideró “excesivo” el último cambio de mando de la Fuerza Aérea, celebrado el 6 de noviembre, donde se utilizaron más de $400 millones, donde la mayoría se concentró en movilizar aviones de alto costo.

En dicha ceremonia asumió como comandante en jefe, el general Arturo Merino Núñez, hijo del comodoro Arturo Merino Benítez, uno de los fundadores de la institución, de quien además lleva el nombre el Aeropuerto de Santiago.

Dicho cambio de mando costó $438.095.291. De ese monto, más de $382 millones se utilizaron en “gastos operacionales” para el funcionamiento de los aviones. ¿Y lo demás? Sólo el cóctel costó $7,7 millones y en viáticos se desembolsaron $23,8 millones.

Según consigna Emol, esta cifra ($438 millones) representa un 71% de lo que costó el último cambio de mando presidencial ($613 millones). No obstante, meses antes, el presidente Piñera había señalado en entrevista con Radio Bío Bío que “costó mucho más”.

Fuerzas Armadas y de Orden

Sin embargo, pese al alto monto gastado por la FACh, el resto de las Fuerzas Armadas y de Orden utilizó un presupuesto muy por debajo de ésta, sumando entre las tres, $153 millones, según informa el matutino.

Así, Carabineros fue la institución que menos presupuesto utilizó: $15.150.499 cuando asumió Hermes Soto, en marzo de 2018. Casi $10 millones costó el cóctel para 480 personas y $5,2 millones la adquisición del bastón de mando.

En tanto, la Armada utilizó $55.685.923 cuando asumió el almirante Julio Leiva, en junio de 2017. Gran parte de esta cantidad fue pagada al Club Naval como proveedor de los servicios. El resto fueron casi $10 millones para arrendar una carpa, graderías y mobiliario, además de colaciones y bandejas.

Por último, $82.480.888 se desembolsaron para llevar a cabo la ceremonia del Ejército, también ocurrida en marzo de 2018, cuando asumió el general Ricardo Martínez.

Los datos señalaron que cerca de $72 millones corresponden a “gastos de representación”, tanto de la Comandancia en Jefe del Ejército, como de la Dirección de Relaciones Internacionales. El arriendo de vehículos costó $3,8 millones; $2,1 millones se utilizaron en pasajes y fletes; $1,8 millones por material policial y militar y $2,5 millones en “gastos menores”.