La mañana de este lunes se conoció el veredicto contra Rafael Garay, quien fue declarado culpable de estafas reiteradas en contra de 29 víctimas, por un monto cercano a los 1.300 millones de pesos.

Al inicio de la sesión, pasadas las 09:00 horas en la sala de audiencias 303, el ingeniero comercial reconoció sus actos. “Los últimos 10 ó 15 años he vivido mi vida de manera desastrosa. En mi vida personal, particular, he vivido de mala manera”, manifestó.

En esa línea, admitió que no es materia de juicio, pero que “quiero ofrecerles disculpas públicas a esas personas que salieron heridas”.

Asimismo, lamentó que está situación haya afectado a su pareja e hijo.”Ellos no tienen culpa de mis actos”, manifestó.

Si bien agradeció a Gendarmería por recibir un trato justo durante el tiempo en prisión preventiva, aseguró que la prisión no se la desea a nadie. “Yo estoy en esta situación por mis actos. Tengo que hacerme responsable de lo que hice”, señaló.

Asimismo, se informó que la sentencia se leerá el jueves 18 de octubre a las 11:00 horas.

29 víctimas y 1.300 millones

Rafael Garay fue declarado culpable de cometer estafa en contra de 29 víctimas entre agosto de 2011 y julio de 2016, logrando apropiarse de un monto cercano a los 1.300 millones de pesos a través de una empresa llamada Think & Co. Se aprovechaba de su constante aparición en medios de comunicación, la imagen que proyectaba y sus títulos.

En detalle, ofrecía un retorno cercano al 18% anual, exigiendo una comisión del 7%.

Sin embargo, durante su declaración, el 10 de septiembre, reconoció haber engañado y que las utilidades de las inversiones eran ficticias, aclarando que sólo operaba en casos de asesorías y consultorías.

“Las utilidades eran ficticias, las cartolas que envié eran ficticias, tomé dinero de algunas personas y las entregué a otras”, aseguró en esa oportunidad.

Si bien Garay se encuentra en prisión preventiva desde marzo de 2017, y se le ha negado rebajar la intensidad de la medida cautelar, su presencia ante la justicia no estuvo exenta de complicaciones.

El penquista había dejado Chile argumentando que se realizaría un tratamiento contra un agresivo cáncer, lo que finalmente fue mentira.

“Dije que estaba enfermo (en un mensaje), lo que era una mentira asquerosa, para encubrir que me iba a suicidar ese día, si hubiera funcionado esta conversación no tendría sentido, porque no existiría”, manifestó.

Una vez que fue detectado, en Rumania, la Fiscalía Centro Norte dictó una orden de captura internacional y se logró extraditar en marzo de 2017, fecha desde la que está recluido en el Anexo Capitán Yáber.

Durante el desarrollo del juicio oral, el ingeniero comercial admitió en más de una oportunidad la comisión de los delitos y aseguró que gastó gran parte en autos de lujo, alcohol y fiestas.

Por este caso, el Ministerio Público pidió 6 años de cárcel.