A dos días del final de la COP26 en Glasgow, China y Estados Unidos han anunciado un acuerdo sorpresa. En una declaración conjunta, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero se comprometen a "reforzar la acción climática".

Pekín y Washington anunciaron este 10 de noviembre que habían alcanzado un acuerdo sobre el cambio climático en el marco de la COP26 de Glasgow.

Esto ha reavivado las esperanzas de obtener un resultado, dos días antes de que finalice la cumbre.

Las dos principales potencias mundiales se comprometieron a hacer más para combatir los gases de efecto invernadero.

Sin dar más detalles por el momento, China y Estados Unidos quieren “tomar medidas reforzadas para aumentar las ambiciones en la década de 2020”.

“Un paso importante”

También reafirmaron su compromiso con los objetivos del Acuerdo de París de 2015, a saber, limitar el calentamiento a “muy por debajo” de 2 °C en comparación con la era preindustrial, e incluso a 1,5 °C si es posible.

Actualmente, la ONU estima que el mundo está en una trayectoria de calentamiento de 2,7°C para 2100.

Los dos rivales por la hegemonía mundial también se comprometieron a hacer todo lo posible para que en la reunión de Glasgow se alcance “un resultado ambicioso, equilibrado e inclusivo en materia de mitigación [de emisiones], de adaptación y apoyo” a los países pobres para lograrlo.

Una colaboración pues, especialmente en el apoyo a los países en desarrollo, pero también en la reducción de la deforestación ilegal, el uso del carbón, las emisiones de metano además de CO2, y finalmente en la innovación tecnológica.

“Un paso importante”, reaccionó el secretario general de la ONU, António Guterres.

Mención del carbón en la COP26 de Glasgow

Hasta ahora, parecía muy difícil encontrar un acuerdo común en el marco de esta COP26.

Las tensas relaciones diplomáticas entre las dos mayores potencias del mundo no ayudan a las negociaciones, pero esta declaración conjunta permite tener esperanzas.

Este 10 de noviembre, se reveló también la primera versión del texto sobre el que los 196 países presentes deben ponerse de acuerdo, en principio, antes del viernes por la noche. Este documento puede ser modificado, aumentado o reducido. Por el momento, no hay grandes logros, salvo la agradable sorpresa de que el texto sí menciona el carbón.

La mención explícita de los “combustibles fósiles”, que representan la mayor parte de las emisiones, no tiene precedentes.

No estaba en el Acuerdo de París. Sin embargo, promete ser muy disputado hasta que se concluya el texto final, sobre todo por los países productores.

“Vaso comunicante”

Por otro lado, los pequeños países insulares están decepcionados: el lugar dado a la protección y restauración de la biodiversidad es escaso.

“Hay algunas referencias a los océanos, algunas referencias a la naturaleza, pero todavía no hay un vínculo claro. El reto es cómo concretar estos objetivos de protección y restauración de la naturaleza en los planes nacionales que presentarán los Estados para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero”, explica Aurore Mathieu, de la Red de Acción por el Clima.

Además, aunque desde el principio se ha hablado mucho de pérdidas y daños, y de dinero para compensar los daños irreparables causados por el cambio climático, el texto no habla de financiación.

“Los países desarrollados no quieren tener que pagar más. El problema es que es un poco como un vaso comunicante. Mientras los países desarrollados no reduzcan más sus emisiones, los impactos se multiplicarán y habrá que financiar la adaptación”, afirmó Armelle Leconte, de Oxfam Francia.