Vladimir Putin, quien se impuso recientemente en unos cuestionados comicios rusos, protagonizó hace un tiempo un particular momento en un encuentro con la entonces canciller alemana Angela Merkel.

Ocurrió en 2007, cuando el mandatario ruso recibió a su par alemana en su residencia de verano en Sochi, un famoso destino turístico en el mar Negro. Fue uno de los primeros encuentros entre ambos líderes mundiales.

La reunión se desarrollaba de manera normal, con intercambios de ideas bajo un marco de respeto y tranquilidad. Específicamente, ambos abordaron temas como el suministro de petróleo a través del oleoducto de Drushba, el conflicto palestino-israelí y los derechos humanos en Rusia.

Sin embargo, todo cambió de un momento para otro cuando el presidente ruso hizo entrar a la sala a uno de sus perros.

Se trataba de Koni, una labrador hembra que no tuvo problemas en cruzarse frente a las cámaras que seguían la cumbre, ubicándose entre ambos dirigentes.

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Y aunque esto pudo haber sido una escena distendida y corriente, pasó a convertirse en un momento que pasaría a la posteridad por la reacción de la excanciller alemana.

Y es que la expolítica no ocultó su incomodidad por la presencia del can, optando por mirar fijamente a Putin y no concentrarse en Koni. “Estoy seguro de que se comportará bien”, dijo Putin, ante lo que su interlocutora respondió: “Después de todo, no se come a los periodistas”.

Un dato a considerar: cuando Putin se reunía con Merkel, en algunas ocasiones hablaban en alemán; él habla mejor este idioma que Merkel el ruso.

De hecho, en ciertas ocasiones el líder del Kremlin hasta corregía a su propio traductor para así hacerle saber a Merkel que no se le escapaba nada.

Frente a las cámaras, el perro se acercó y olfateó a Merkel, quien se quedó helada y visiblemente asustada, hecho que indignó a su equipo de prensa.

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Posteriormente fue la propia excanciller quien reconoció que tiene un “especial respeto” hacia estos animales luego de haber sido mordida por uno de ellos en 1995.

En conversación con el medio The New Yorker en 2014, la alemana recordó lo ocurrido, emplazando directamente a Putin. “Entiendo por qué hizo esto: para probar que él es un hombre”, dijo.

“Él está asustado de su propia debilidad. Rusia no tiene nada, ni una política ni una economía exitosas. Todo lo que tiene es eso (el perro)”, mencionó en aquella oportunidad”, aseveró.

Años después fue Putin quién se refirió a lo sucedido, indicando que no era su intención intimidar a la alemana. “Quería hacer algo lindo por ella”, declaró en 2016 al medio Bild.

“Cuando descubrí que a ella no le gustaban los perros, claro que me disculpé”, aseveró el líder ruso, quien si bien negó admirar a Merkel, sí la elogió.

Koni y su popularidad en Rusia

Koni era uno de los perros favoritos de Putin, quien le enseñó órdenes básicas como agacharse, seguir, sentarse y ladrar.

Anteriormente, en 2003, protagonizó otro comentando momento al ladrar al equipo de seguridad ruso luego que no la dejaran acercarse al gobernante durante un encuentro con la prensa. Ese mismo año, poco antes de las elecciones legislativas, dio a luz a ocho cachorros, los cuales fueron regalados.

En 2006, Putin recibió al entonces presidente estadounidense George W. Bush en Novo-Ogaryovo, en donde estuvo presente también Koni. En esa oportunidad, el presidente de Rusia calificó a su perro como “más grande, más dura, más fuerte, más rápida y más mala que Barney”, en alusión al terrier escocés de Bush.

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Un año después el perro recibió un collar para ser rastreado satelitalmente. Esto, como parte del desarrollo del localizador Glonass, siglas en ruso de Sistema de Navegación Global por Satélite, alternativa rusa al GPS norteamericano y al Galileo.

El entonces viceprimer ministro, Sergei Ivanov, amigo cercano de Putin, dijo que el collar, que pesa 170 gramos y está equipado con transmisores, estaba listo para Koni desde hace algunos meses, añadiendo era el momento para probarlo.

Koni, quien había alcanzado una inusitada popularidad entre los rusos, finalmente murió en 2014 a los 15 años.