Nicolás Zepeda enfrentará una semana clave tras haber sido condenado en primera instancia a 28 años de cárcel en Francia por el presunto asesinato de Narumi Kurosaki.

El pasado 4 de diciembre comenzó el juicio de apelación del joven chileno, quien ahora arriesga incluso cadena perpetua si es que la justicia francesa ratifica su culpabilidad.

Pese a la evidencia que durante estas semanas se ha dado a conocer en su contra, el acusado insiste en su inocencia, algo que comparte su padre, Humberto Zepeda.

Desde Vesoul, Francia, el hombre indicó a BioBioChile que llegó los primeros días de diciembre al país europeo junto a la madre de Nicolás. “Desde antes que viajáramos veníamos gestionando con la justicia francesa el hecho de poder tener unos minutos con él para saludarlo y abrazarlo”, mencionó.

“Llegó el día del juicio, el 4 de diciembre, y nosotros recién ahí lo vimos, pero no lo pudimos tocar ni nada. Lo vimos a seis o siete metros pero no nos podíamos acercar”, contó.

“Conversamos de la familia, porque del caso vimos muy poco o casi nada, porque eso lo estamos viviendo día a día. Me preguntó por sus hermanas que lo extrañan mucho, él las adora. Preguntó por su perro, que es su regalón, y por su abuela que falleció”, mencionó.

Insiste en la inocencia de su hijo

Humerto afirmó que en el primer juicio se mostró “muy empático” con la madre de Narumi. “Ponerse en su lugar es muy difícil, por lo tanto, siempre ha sido mi intención poder solidarizar con la familia”, enfatizó.

“Alguien tiene que decir qué fue lo que realmente pasó. Yo confío mucho en la ciencia, digamos, en los exámenes forenses, de ADN, exámenes criminológicos, etc. Cuando hablamos de la habitación (de Narumi), se acreditó que nunca hubo ningún rastro o huella de que hubo alguna violencia”, expresó.

Al respecto, Zepeda argumentó que tras la revisión de la pieza “surge una primera interrogante porque nos encontramos con un ADN que nadie conoce (…) Por la ciencia se sabe que es varón pero nadie sabe de quien es”. Pese a esto, aseguró, no se investigó sobre esta pista.

Respecto al vehículo que Nicolás arrendó en Francia, señaló que aunque se revisó durante dos meses, no se encontró evidencia que acreditara que el joven trasladó a Narumi hacia algún lado, insistiendo en que la investigación se centró “en encontrar a un culpable y no encontrar a Narumi”.

“Ahí se terminó de buscarla, que habría sido lo lógico, sino que buscaron a Nicolás, lo persiguieron y lo encontraron hasta que pasó lo que pasó. Lo extraditaron y lo trajeron a Francia”, mencionó.

El padre del acusado plantea que hubo otras líneas de investigación que la policía no siguió, como un vehículo Renault que estuvo dos horas el 6 de diciembre de 2016 en la residencia estudiantil. A su vez, afirmó que “no se investigó completamente” a Arthur del Piccolo, el novio de Narumi al momento de su desaparición.

“Él declara que el 3 de diciembre Narumi estuvo en su departamento con él, que era del mismo campo universitario de Narumi pero en otro edificio. Pero no hay cámaras de seguridad que lo hayan visto. Nadie puede asegurarte que efectivamente él estuvo esos días con ella en la noche”, puntualizó.

Ultimátum amoroso en video

Fue en septiembre de 2016, tres meses antes de la desaparición de Narumi, cuando Nicolás grabó una declaración en video en el que le daba dos semanas de plazo a Narumi para que cumpliera una serie de condiciones en dos semanas y así mantener la relación.

Pese a que en el registro el chileno menciona que la japonesa “hizo cosas malas por lo que deberá cumplir con condiciones”, algunas de ellas “para toda su estadía en Francia” y otras “para siempre”, Humberto asegura que las declaraciones de su hijo están sacadas de contexto.

“En ningún caso él la amenaza de muerte, eso fue aclarado por él en la audiencia. Si escuchamos ese video 20 veces, nunca vamos a a encontrar una amenaza de muerte”, dijo.

En ese sentido, planteó Humberto, su hijo quiso establecer “ciertas condiciones” para poder mantener la relación, agregando que en las imágenes no se ve “ira ni rabia”.

“Lo sacaron de contexto de tal forma que lo transformaron casi en una amenaza de muerte. Y prueba de eso es que después de ese video, que fue en septiembre de 2016, ellos siguieron hablando”, lanzó.

“El costo era terminar la relación y Nicolás lo dice en ese video al final, pero eso no se escucha ni se ve (…) Fue un rayado de cancha típico, digamos, de cuando uno tiene una relación y dice ‘oye, chuta, ¿cómo lo hacemos?”, espetó.

Compra de un bidón, fósforos y desengrasante

Humberto justificó las llamativas compras que hizo Nicolás en diciembre de ese año, los que de acuerdo a la investigación, habría usado para hacer desaparecer el cuerpo de Narumi.

“Si uno tuviera intenciones de quemar a una persona o algo así, un bidón de cinco litros no te alcanza a quemar un brazo ni una pierna”, expresó.

“Nicolás no era mucho andar de vehículo, pero sí era muy precavido cuando le tocaba viajar (…) Nicolás compró ese petróleo no por el contenido, sino que por el envase”, complementó.

En cuanto a los fósforos y el desengrasante que también compró el joven, Humberto aseveró que mientras los primeros eran de regalo -“son los típicos souvernis que vienen con figuras de Francia”-, lo segundo correspondía a un quitamanchas que Nicolás adquirió por haberse ensuciado la ropa comiendo.

“Ni en la habitación ni tampoco en el auto se encontró alguna limpieza, nada. O sea, ahí no se utilizó el desengrasante”, planteó. A su vez, remarcó que era un desangrasante “muy pequeño, no era un tarro”.

Mensajes que Zepeda pidió traducir al japonés

Sorpresa generaron los mensajes, dados a conocer en los últimos días, que Zepeda le pidió traducir al japonés a Rina Sakamaki a fines de 2016. “Me voy con mi novio de viaje. No voy a estar disponible por un tiempo”, es una de las frases que Nicolás le pidió llevar al idioma japonés, los que posteriormente fueron enviados a la madre de Narumi.

“Nicolás tenía una costumbre, y Rina también, de consultarse cosas. Ellos se preguntaban y se consultaban cosas del tipo ‘¿cómo se dice esto?, entonces se iban respondiendo”, sostuvo Humberto.

“Se dice que (el mensaje) fue enviado a la familia, a la mamá, pero ella dijo que ese mensaje no era de Narumi porque tenía muchos problemas de sintaxis, que no era de un japonés nativo”, enfatizó.

“Pero ahí existe una contradicción, porque si Nicolás le pidió a Rina que tradujera esos mensajes, ¿cómo la mamá podría decirte que ese mensaje no era de un japonés nativo, si venía de Rina que es japonesa?”, dijo.

La fiscalía plantea que Nicolás se deshizo del cuerpo de Narumi en un bosque entre las 05:57 y las 07:15 del 6 de diciembre de 2016. Sin embargo, Humberto señaló que de acuerdo a los datos de una tarjeta que llevan los vehículos en Europa para el control del roaming, Nicolás nunca se detuvo.

“Esa hora que ellos dicen que se perdió fue porque el teléfono iba descargado. Nicolás iba preocupado de manejar, quizás iba cargando el teléfono. Pero nunca se detuvo”, puntualizó.

“El fiscal dice que Narumi falleció en la habitación a las 03:20 hrs por asfixia o estrangulamiento, y que fue llevada al río que pasa por acá, pero yo diría que es una respuesta muy básica para dos familias que hemos venido sufriendo hace siete años. Él tiene que tener mucha más información”, expresó.

Respecto a los gritos que se escucharon la noche en que Narumi desapareció, Humberto indicó que el edificio tiene 37 habitaciones, de las que dos estaban vacías. “En realidad, 28 personas dijeron que no habían escuchado nada. Solo siete personas dijeron haber escuchado algo. Siete de 35”, sostiene.

“Son habitaciones con tabiquería, en las que se escucha perfectamente todo lo que cantan al lado. El amigo más íntimo que tenía Narumi, que es Obata, que estaba en la habitación 107, dijo haber escuchado gritos que venían del pasillo. O sea, casi 40 metros de distancia”, añadió. En ese sentido, criticó que no se hicieran exámenes acústicos.

Finalmente, el hombre argumentó que en ninguna de las revisiones que se hizo de las tres represas que hay en el lugar se encontró evidencia sobre el cuerpo de Narumi, por lo que descartan que su hijo la haya podido haber lanzado a la corriente del río.

“Si tú la lanzas al río, la maleta se va hacia una orilla o a alguna desembocadura”, expresó.