Figura en auge de la derecha española, la presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, busca afianzar su poder en este bastión conservador del Partido Popular (PP), desde donde se ha erigido en némesis del gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez.

Figura fulgurante del ala dura de la derecha española, Isabel Díaz Ayuso busca la reelección como presidenta de Madrid asestando golpes al presidente Pedro Sánchez, señal de una ambición a nivel nacional en el futuro.

“Sánchez odia Madrid”, lanzó Díaz Ayuso la semana pasada en un debate televisado frente a sus contrincantes en la región de Madrid para el 28 de mayo.

Esto, cuando el país celebra elecciones municipales y regionales.

“O Sánchez o España”, remarcó en un mitin el lunes esta dirigente del Partido Popular (PP), quien en días pasados también afirmó que el país “no aguanta otros cuatro años por este camino” de “desastre” y “deterioro”.

Un discurso polarizante, que se asimila al del estadounidense Donald Trump, el brasileño Jair Bolsonaro o el chileno José Antonio Kast.

Y que se ha convertido en marca de la casa de esta licenciada en periodismo de 44 años, que a finales del año pasado llegó a acusar a Sánchez de querer “perpetuarse” en el poder y meter “a la oposición en la cárcel, como en Nicaragua”.

Díaz Ayuso logró en mayo de 2021 duplicar los resultados del PP en Madrid, apenas dos años después de haber llegado al poder como una virtual desconocida.

El domingo, según las encuestas, Díaz Ayuso podría incluso conseguir una mayoría absoluta en el parlamento regional, que le permitiría gobernar sin depender del apoyo de la extrema derecha de Vox en la región más rica de España, de 6,7 millones de habitantes.

Ambiciones nacionales de Isabel Díaz Ayuso

La estrategia de esta fotogénica mujer de media melena ondulada color castaño, que suele vestir trajes de colores fuertes como rosa, azul o rojo, persigue réditos a varios niveles, según analistas.

Por un lado, le funciona como “cortina de humo” para no “tener que hablar de detalles que le resultan incómodos, porque (la región) tiene también problemas”, como deficiencias en el sistema de salud pública y dificultades en el acceso a la vivienda, explica Paloma Román, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

Por otro lado, “ella quiere marcar la línea” del PP, incluso por encima del líder nacional del partido, el más moderado Alberto Núñez Feijóo, dejando “claro que sus ambiciones son nacionales” a futuro, dice Ana Sofía Cardenal, de la Universidad Abierta de Cataluña.

Díaz Ayuso es “la encarnación de una derecha madrileña” que estima que “el PP tiene que fortalecerse ideológicamente en la derecha y plantear un combate polarizado” con la izquierda, para “controlar la frontera con (la extrema derecha de) Vox”, apunta Oriol Bartomeus, politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Peligro “real” para Núñez Feijóo

Efectivamente, las encuestas muestran que el PP ganaría las elecciones generales a finales de año, pero que necesitaría del apoyo de Vox para formar gobierno.

Un contexto en el que Díaz Ayuso puede suponer “un peligro real” para el líder nacional del PP si consigue el domingo mayoría absoluta en Madrid y otros candidatos más cercanos a Núñez Feijóo en otras regiones y municipios obtienen un resultado modesto, opina Bartomeus.

EFE

Todo esto con el recuerdo vivo del duelo fratricida que protagonizaron en febrero del 2022 Díaz Ayuso y el entonces líder del PP Pablo Casado, quien perdió el envite, el apoyo del partido y se vio forzado a abandonar el cargo.

De todas maneras, a futuro, los analistas advierten que podría ser difícil extrapolar al resto de España el discurso de Ayuso, que triunfa en Madrid por ser esta una región que, gobernada desde 1995 por los conservadores, muestra “una gran derechización” de sus votantes, según Paloma Román.

“Estoy segura de que esta estrategia no funcionaría como funciona en Madrid en el resto de España”, coincide Cardenal, quien pone como ejemplo a Cataluña, segunda región del país por población, donde el PP, con solo 3 de los 135 diputados regionales, prácticamente “no existe”.