El Reino Unido pasó de cuatro días de fiesta por el jubileo de platino de la reina a vivir un clave día político: el mismo partido del primer ministro someterá al jefe de gobierno a una moción de censura derivada del escándalo de sus fiestas en pandemia. Boris Johnson necesita mayoría simple entre sus propios compañeros de tienda para sobrevivir. De no lograrlo sus días en Downing Street están contados.

El diputado y exministro británico de Salud y Relaciones Exteriores Jeremy Hunt anunció este lunes que votará contra Boris Johnson en la moción de censura interna que se celebrará esta jornada.

Hunt, correligionario de Johnson en el Partido Conservador, es considerado por muchos como uno de los potenciales aspirantes a reemplazar al primer ministro si este se ve obligado a dimitir.

Sobre todo en línea con la fuerte caída en su popularidad que ha sufrido recientemente Rishi Sunak, el ministro de Economía.

“La decisión de hoy es cambiar o perder. Yo votaré por el cambio”, escribió Hunt en su cuenta de Twitter, que ya compitió con Johnson por el liderazgo en las primarias conservadores de 2019.

“Los diputados conservadores sabemos que no estamos dando a los británicos el liderazgo que merecen. No estamos ofreciendo la integridad, la competencia y la visión necesarias para sacar el enorme potencial de nuestro país”, agregó Hunt.

Por ello, el ahora presidente de la comisión parlamentaria de Salud considera que los “tories” van rumbo de perder las próximas elecciones generales.

“Las consecuencias de no cambiar (de líder) serán entregar el país a otros que no comparten esos valores (conservadores)”, lanzó Hunt.

Pese a todo, el diputado especifica que “a causa de la situación en Ucrania, este es un debate que no quería tener ahora, pero bajo nuestras reglas (del Partido Conservador), debemos hacerlo así”.

Las fiestas de Boris Johnson al inicio de la pandemia

Otro destacado “tory” en reclamar la salida de Johnson es John Penrose, máximo responsable anticorrupción del Gobierno, quien anunció hoy mismo su dimisión en una carta dirigida al primer ministro.

Penrose considera que Johnson fue contra el código de conducta parlamentaria con el escándalo de las fiestas que violaron las normas anticovid durante la pandemia, el llamado “Partygate”.

Johnson ha convocado a sus diputados en el Parlamento a primera hora de la tarde para tratar de persuadirles en privado para que renueven su confianza en él.

Desde la oposición el líder laborista Keir Starmer se unió a las voces que piden la caída de Johnson.

Por eso pidió a los diputados “tories” que voten contra el primer ministro en la moción de censura interna que tendrá lugar a partir de las 13:00 horas de Chile.

Pese a que muchos laboristas creen que la permanencia de Johnson podría favorecer a su partido, Starmer aseguró que es de “interés nacional” que el primer ministro no siga.

De cuatro días de fiesta a la posible destitución del primer ministro

De sobrevivir la moción de censura iniciada por su propio partido, Boris Johnson tiene en el papel un año más de mandato asegurado.

Eso no quita que pueda renunciar al cargo, sobre todo si las confianzas quedan trizadas o la victoria es muy estrecha.

Si la idea de destituirlo supera la mayoría simple más uno de los votos sus días a la cabeza del Gobierno están contados, y el Partido Conservador deberá elegir a otro líder para la tienda.

En el sistema político británico quien lidera el partido que más diputados sacó en la última elección parlamentaria es el primer ministro, y gobierna en nombre de la reina.

Isabel II celebró la semana pasada su jubileo de platino, 70 años en el trono.

La fiesta duró cuatro días y, además de festejos a lo largo y ancho del país, dejó mares de simpatizantes en el centro de Londres entre el tradicional desfile militar (Trooping the Coolour), un concierto y otras ceremonias.

El evento también tuvo un servicio de acción de gracias en la Catedral de San Pablo, en la Ciudad de Londres, donde Boris Johnson entró al templo bajo una lluvia de pifias.