Falta poco para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que tendrá lugar este domingo 24 de abril. Este miércoles, el presidente saliente, Emmanuel Macron, y su rival del partido ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen, se enfrentaron en un debate televisivo en el cual el mandatario habría conseguido una ligera ventaja sobre su rival.

Duró casi tres horas. Emmanuel Macron y Marine Le Pen hablaron por turnos, y es en primer lugar la actitud de los dos candidatos lo que se comenta esta mañana en la prensa. “Macron al ataque, Le Pen a la defensa” escribe el diario Le Parisien/Aujourd’hui en France mientras que Le Figaro titula “Macron domina, Le Pen aguanta el golpe”. Un verdadero partido, por tanto, en el que se cuenta el tiempo de juego, así como los puntos y las tarjetas rojas, pero en comparación con 2017, “el tono ha bajado un peldaño” resume el periódico.

Varios temas tratados

Para el diario Libération, fue “un debate diésel” en el que “la candidata ultraderechista ha carecido de respuesta”, y titula: “Todavía no está a la altura”, con un primer plano del rostro de Marine Le Pen, con la mirada apagada.

Emmanuel Macron “limitó los daños en materia de arrogancia, el presidente se mostró más sólido y más creíble frente a lo que califica de ‘proyecto de reducción’ y pudo desplegar tranquilamente su programa”, según Libération.

Les Echos analiza las posiciones de cada uno de los dos candidatos y considera que “el nuevo contexto (de crisis) corre el riesgo de repercutir en los programas que se han alimentado con el ‘todo vale’”.

Cuatro pequeños encartes en las páginas de Ouest-France para resumir los principales temas: “dos formas de aumentar el poder adquisitivo: vales o IVA”, “oposición frontal sobre el velo”, “la sombra que proyecta Vladimir Putin” o “escéptico climático frente a hipócrita climático”.

¿Qué voto?

Ouest-France publica una entrevista con un neurólogo que distingue entre la parte consciente e inconsciente del cerebro, pero matiza: “la parte consciente a nivel cerebral, con la que podemos ser autocríticos, es muy pequeña y poco accesible (…) nuestro cerebro tiene una mayor sensibilidad a los mensajes emocionales”. El mero sonido de la voz de un candidato puede influir en nosotros.

¿Qué votantes serán seducidos por qué candidatos? Le Figaro publicó un estudio realizado con la fundación Jean Jaurès, en el que nos enteramos de que el voto a Le Pen está indexado a la distancia de las metrópolis y que las ciudades costeras y turísticas están a favor de Macron.

Después de la segunda vuelta

L’Humanité da la palabra a quienes han “sufrido la extrema derecha” en este caso a escala local, desde Hayange hasta Hénin-Beaumont. “Los identitarios están sembrando el terror en Lyon”, dice un concejal de la ciudad, mientras que una copresidenta de planificación familiar habla de una “amenaza a los derechos de las mujeres”.

L’Opinion mira más allá de la segunda ronda y se centra en la tercera. Una caricatura muestra a Jean-Luc Mélenchon en un sidecar, con el casco de la moto ya atornillado a la cabeza pero sin nadie en el sillín, mientras el candidato de La Francia Insumisa aspira a las elecciones legislativas y a un puesto de primer ministro.

Doble página en el diario Le Monde sobre “la tentación de la hegemonía de la izquierda”, y los Verdes que tendrían esta visión de Jean-Luc Mélenchon “como un emperador que domina la arena”, temiendo la decisión que anunciaría con un gesto del pulgar.

El mandatario, “convincente”

Una encuesta del instituto demoscópico Elabe para el canal BFM TV y el periódico L’Express avanzó que el jefe de Estado resultó más convincente para seis de cada diez espectadores, afianzando así la ventaja que los sondeos sobre intenciones de voto le otorgan de cara a la segunda vuelta de este 24 de abril.

El mandatario saliente llegó a su primer careo electoral con Le Pen hace cinco años como aspirante novel y fuera del sistema, y en este su rol como inquilino del Elíseo le hizo estar más encorsetado pero al mismo tiempo con mayor dominio de los temas sobre la mesa.

Por ello, el fundador y dirigente de la agencia de comunicación política Plebiscite, Laurent Rossini, cree que resultó el ganador “indiscutible” de la noche, que congregó ante las pantallas a 15,6 millones de personas, la audiencia histórica más baja de este tipo de encuentros, según explicó a Efe.

Le Pen debía superar el estigma de su cara a cara anterior, donde le pasaron factura sus lagunas en materia económica, su agresividad verbal y la sorna con la que intentó desestabilizar a Macron, que buscaba el poder tras haber dimitido como ministro de Economía.

El objetivo de la aspirante, según Rossini, era “no salirse de su puesto y parecer presidenciable”. Pero esa prudencia tanto en sus palabras como en su expresión corporal provocó que finalmente no ahondara demasiado ni en sus críticas ni en sus propuestas.

“Cuando soy incisiva se me dice que lo soy mucho y cuando no demasiado que lo soy poco. Es imposible presentar un proyecto tan completo como el mío en apenas hora y veinte”, dijo ella este jueves en un desplazamiento electoral en la localidad de Roye, donde se autoerigió como candidata “de la Francia que trabaja”.