El periódico francés Le Parisien aborda este jueves una costumbre francesa que puede verse amenazada por la pandemia del Covid-19: el beso en la mejilla. "¿Podemos volver a saludarnos con besos?", se pregunta el diario en su titular de portada.

“La bise”, como llaman los franceses al beso en la mejilla para saludarse, forma parte de la cultura nacional. En Francia, este saludo no sólo se produce durante los encuentros entre familiares o amigos, sino también a la llegada al trabajo o a las escuelas y universidades, entre colegas.

El número de besos para saludar a alguien varía según la región del país: en París, son dos besos. En otros lugares, los franceses se saludan con tres, cuatro y hasta cinco besos.

Sin embargo, la epidemia ha provocado un cambio de hábitos entre los franceses, como recuerda Le Parisien.

El distanciamiento físico recomendado por las autoridades sanitarias ha hecho que los besos en la mejilla caigan en desuso. Últimamente, con la flexibilización de algunas restricciones -como la reapertura de locales culturales, bares y restaurantes y la vuelta al trabajo y al estudio-, no es raro ver a amigos y compañeros preguntarse cuando se encuentran con alguien: “entonces, ¿nos vamos a saludar de beso?”.

El diario entrevistó al sociólogo Jean-Claude Kaufmann, especialista en esta tradición francesa. Cree que besar en la mejilla ya no será tan automático como antes. Según él, ahora que la gente ha comprendido que “bise” es sinónimo de transmisión de virus y bacterias, los besos y los saludos pueden reservarse para los encuentros entre familiares y amigos íntimos, y ya no entre compañeros de trabajo, estudiantes o desconocidos.

Bésame poco

El tema divide a las personas entrevistadas por el reportaje periodístico. Helena, de 23 años, dice que echa de menos saludar con besos a los compañeros cada mañana, cuando llegan a la oficina donde trabaja. Para Kenza, de 24 años, la pausa en esta tradición francesa inspira alivio. Según ella, se perdía mucho tiempo besando a todos sus compañeros, “además de la vergüenza de tener que besar a gente con la que no tienes intimidad, como los jefes”, dice.

Le Parisien también preguntó al infectólogo Benjamin Davido si el tímido retorno de este hábito, tras la flexibilización de las restricciones, podría ser responsable del reciente aumento de las contaminaciones por Covid-19 en Francia. El especialista explica que no hay investigaciones ni datos específicos sobre la cuestión.

Sin embargo, para él, no hay duda de que la tradición de saludar con besos aumenta el riesgo de transmisión del virus, ya que las caras están más cerca y puede haber proyección de aerosoles de fluidos.

El infectólogo recomienda que, mientras dure la crisis sanitaria, lo más prudente es saludar de lejos, tocando los codos o saludando con la cabeza. Entre las personas más íntimas, Davido sugiere que un abrazo, con mascarilla, es más seguro que un beso. Pero, para el especialista, es el conjunto de la falta de respeto de las normas básicas de protección el responsable del aumento de nuevos casos de Covid-19.