La dramática muerte de una adolescente italiana de 16 años ha intensificado el debate migratorio en el país europeo, gobernado desde mayo por una alianza entre populistas antisistema y ultraderechistas, quienes han mantenido un discurso antiinmigratorio tras formar Ejecutivo.

La muerte de Desirée Mariottini se registró el pasado 19 de octubre en el barrio de San Lorenzo en Roma, al interior de una vivienda que frecuentaban personas adictas a la heroína y a donde habría llegado tras sufrir el robo de su celular y en búsqueda de droga, consigna diario El País de España.

De acuerdo a la investigación, la joven habría muerto de un paro cardíaco producido por una sobredosis en el consumo de heroína y metadona, además se determinó que fue violada mientras estaba inconsciente y en presencia de varios testigos.

“La vieron, la tocaron, la desvistieron y la vistieron. Pero nadie hizo nada para salvarla. Cuatro eran mujeres, dos italianas”, consigna parte del reporte policial publicado por el periódico italiano Corriere Della Sera.

La joven había comenzado hace unas semanas a asistir a un centro de rehabilitación de drogas, pero tras a una recaída, acudió lugar donde murió, donde en otras oportunidades intercambió relaciones sexuales por heroína, aunque en este caso los forenses confirmaron que estaba inconsciente al momento de ser violada.

Mariottini estuvo al menos 12 horas en el departamento donde murió, periodo en el fue violada de forma reiterada por varios hombres, de los cuales cuatro que han sido detenidos: dos de origen nigeriano, uno senegalés y otro de Gambia.

Uno de los detenidos tenía orden de expulsión, dos contaban con permisos humanitarios vencidos y el cuarto también tendría un estatus irregular.

El caso recuerda al caso de Pamela Mastropietro, quien fue asesinada semanas antes de las elecciones generales de Italia de 2018, tras escapar de un centro de rehabilitación y contactar a un traficante nigeriano, quien finalmente la mataría.

El incidente fue utilizado por el partido de ultraderecha, La Liga, de Matteo Salvini, y por movimientos antiinmigración, que obtendrían un resultado sorpresivo en las elecciones quedando como segunda mayoría y logrando formar parte del gobierno.

Salvini también condenó el asesinato de Mariottini y afirmó que los “gusanos” iban a pagar por este crimen.

“El cuarto gusano que violó y dio muerte a Desirée fue capturado en Foggia. Si trataría (continúa la investigación) de otro caso de inmigración ilegal. Para él y para los otros tres, prisión dura y a su casa”, celebró Salvini la detención del cuarto acusado.

Salvini visitó el último sábado el lugar donde murió Desireé, donde fue increpado por varios militantes de centros sociales de izquierda que lo acusaron de promover el racismo, mientras que el ministro del Interior dejó una rosa blanca en honor a la joven y prometió justicia en su caso.

De acuerdo a vecinos de San Lorenzo, el edificio donde murió la joven es usado de forma habitual por narcotraficantes, que incluso encienden fuegos artificiales para informar a sus consumidores, pero que la policía -de la cual está a cargo Salvini- nunca acude al lugar.