El “libro blanco” presentado por Londres sobre la futura relación del Reino Unido con la UE genera una “serie de dudas” en materia económica, reconoció este viernes Michel Barnier, el negociador europeo para el Brexit.

“Sobre la futura relación económica, el Libro blanco genera dudas en tres aspectos”, aseguró Barnier, quien se pregunta si las propuestas británicas son “viables”, respetan “los intereses de la UE” y resultan “compatibles con los principios de negociaciones establecidos por los europeos”.

Londres y Bruselas deben llegar a un acuerdo antes de finales de octubre sobre su divorcio y sus futuras relaciones una vez se haga efectiva la salida del Reino Unido de la UE.

Sin embargo, los dirigentes europeos se muestran inquietos por la situación actual de las discusiones y los cambios de estrategia constantes de la primera ministra británica, Theresa May.

En el “libro blanco” presentado a principios de julio, May propone un Brexit blando, que consistiría en una nueva zona de libre comercio con un conjunto de reglas comunes respecto a los bienes y los productos agroalimentarios.

No obstante, Barnier se preguntó si esta propuesta británica respecta “la integridad del mercado interior, de la Unión aduanera y de nuestra política comercial común”.

El negociador europeo para el Brexit también cuestionó la viabilidad de las proposiciones de Londres, en particular en el ámbito de las aduanas, en el que el gobierno británico propone aplicar dos tipos diferentes de tasas en función de si los productos que lleguen a sus fronteras son destinados para su mercado interior o el europeo.

El dirigente francés también recordó que las propuestas británicas podrían comportar “una competencia desleal” en perjuicio de las empresas europeas.

Antes de hablar sobre la futura relación, según Barnier, el objetivo principal de la UE es llegar a un acuerdo de salida “ordenada” del Reino Unido y arreglar la cuestión espinosa sobre la frontera irlandesa.

“Lo que necesitamos no es más tiempo, sino decisiones y claridad (…) y la certeza jurídica”, repitió, antes de añadir que la UE también debería prepararse ante la posibilidad de que no haya un acuerdo.