El policía francés que abatió a un joven en Nantes, provocando una ola de disturbios, fue inculpado este viernes por muerte involuntaria, tras cambiar su versión de los hechos.

La muerte el martes por la noche de Aboubakar F., de 22 años, que fue abatido durante un control policial, provocó una ola de disturbios en Nantes, en el oeste de Francia, y en Garges-lès-Gonesse, una localidad en las afueras de París, de donde era oriundo.

Los manifestantes, que denunciaban un “abuso policial”, quemaron decenas de vehículos y degradaron varios inmuebles y comercios durante cuatro noches consecutivas de actos de violencia.

Hasta la madrugada del sábado en Francia, se habían incendiado siete vehículos tanto dentro de la ciudad como en la periferia. Además, las fuerzas de seguridad fueron atacadas con cócteles molotov, a los que respondieron con granadas lacrimógenas, mientras que en un edificio de viviendas sociales se declaró un principio de incendio.

El policía, que fue puesto en prisión preventiva el jueves para ser interrogado, “admitió que hizo una declaración que no corresponde con la verdad”, dijo a la AFP su abogado, Laurent-Franck Lienard.

Después de haber afirmado que actuó en legítima defensa, este viernes “declaró que se trató un disparo accidental”, añadió Lienard.

Tras su declaración, el juez “lo inculpó por golpes y heridas voluntarias que provocaron la muerte de forma involuntaria”, explicó a la AFP el letrado.

Según una fuente próxima a la investigación, el agente había afirmado en un primer tiempo que abrió fuego cuando el joven intentó dar marcha atrás “a gran velocidad”, poniendo en riesgo la vida un agente que estaba detrás del vehículo.

Según otra fuente, sus colegas habían confirmado esa versión, y añadieron que había niños jugando en la acera, justo detrás del vehículo.

Pero esta versión, que no fue confirmada por el fiscal de Nantes Pierre Sennès, no correspondía con los testimonios de varios habitantes interrogados por periodistas de la AFP. Según una mujer que filmó la escena y que habló en condición de anonimato “no había ningún agente detrás del automóvil”.