Un juez federal estadounidense autorizó al estado de Alabama probar por primera vez el gas nitrógeno en una ejecución prevista para el próximo 25 de enero. El reo lleva tres décadas en corredor de la muerte.

El preso que va a ser ejecutado, Kenneth Eugene Smith, condenado en el corredor de la muerte por haber asesinado a una mujer a cambio de dinero en 1988, interpuso una demanda alegando que Alabama pretende usarlo como conejillo de indias para un método nunca antes usado.

La decisión tomada por el juez federal R. Austin Huffaker aún puede ser recurrida por la defensa de Smith ante dos instancias superiores, entre ellas el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Alabama lleva años trabajando en un protocolo para ejecutar con este nuevo método de asfixia por nitrógeno.

De acuerdo con el protocolo, a los reos se les pondrá una mascarilla que sustituirá el oxígeno por el gas nitrógeno, causando la muerte.

Tres décadas en el corredor de la muerte

Los estados que aún utilizan la pena de muerte suelen ejecutar a presos con una inyección letal, pero en los últimos años les ha resultado cada vez más difícil adquirir los componentes por la negativa de las farmacéuticas a que sean usados con este propósito.

Además, las complicaciones surgidas en varias ejecuciones han hecho que se cuestione el método por inhumano y que haya sido objeto de disputas legales durante años.

El intento de Alabama de usar un nuevo procedimiento responde a esas dificultades experimentadas con la inyección letal.

Smith, un hombre blanco de 58 años, lleva más de tres décadas en el corredor de la muerte de Alabama por haber asesinado en 1988 a una mujer, Elizabeth Sennett, por encargo de su marido, Charles Sennett, que pretendía cobrar una indemnización.

Smith y cómplice recibieron cada uno 1.000 dólares por asesinato

Sennett se suicidó una semana después del asesinato, cuando se dio cuenta de que era considerado sospechoso por las autoridades, y Parker también fue condenado a muerte y fue ejecutado en 2010 con una inyección letal.

Alabama intentó ejecutar a Smith en noviembre de 2022, pero el verdugo fue incapaz de introducirle las vías intravenosas.

Como parte de un acuerdo posterior, Alabama se comprometió a no volver a intentar matar a Smith con inyección letal.

Desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte en 1976, han sido ejecutados en Estados Unidos 1.582 presos. De ellos, 72 en Alabama.