El adolescente estadounidense Ethan Crumbley, acusado de matar en un tiroteo a cuatro compañeros de su instituto en el estado de Míchigan en noviembre de 2021, fue sentenciado este viernes a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Ethan Crumbley, que cuando tenía 15 años en noviembre de 2021 asesinó a cuatro estudiantes en el instituto Oxford High School de Michigan (norte de los Estados Unidos), fue condenado este viernes a cadena perpetua sin posibilidad de obtener libertad condicional.

Antes de que el juez Kwame Rowe dictara su sentencia en un tribunal del condado Oakland, al norte de la ciudad de Detroit, Crumbley declaró que era “una persona muy mala” pero que intentará ser mejor y dedicará el resto de su vida a ayudar a otros.

Al leer su sentencia, el juez Rowe calificó el tiroteo en el que murieron cuatro compañeros de Crumbley (Madisyn Baldwin, de 17 años, Hana St. Juliana, de 14, Tate Myre, de 16, y Justin Shilling, de 17) y en el que otros siete estudiantes resultaron heridos, como un “verdadero acto de terrorismo” con el que el autor de la matanza buscó fama y notoriedad.

Rowe se refirió a los detallados planes que Crumbley trazó para ejecutar el tiroteo así como a que las acciones del adolescente fueron una “ejecución” y “tortura” de las víctimas.

Crumbley, que en octubre de 2022 se declaró culpable de todos los cargos de los que se le acusaba, mantuvo la cabeza gacha sin expresar emociones tanto cuando los familiares de las víctimas expresaron en el tribunal sus sentimientos como durante la lectura de la sentencia.

Los padres del autor de la matanza, James y Jennifer Crumbley, serán juzgados a partir del próximo 23 de enero por cuatro cargos de homicidio involuntario ya que la Fiscalía considera que en parte son responsables de las acciones de su hijo.

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Ambos se han declarado no culpables de los cargos de homicidio involuntario, que acarrean una pena máxima para cada uno de 60 años de cárcel y una multa de 30.000 dólares.

Ethan Crumbley confesó que su padre le compró el arma de fuego semiautomática con la que cometió la matanza.

Además, su madre ignoró las advertencias de los profesores de Oxford High School cuando le avisaron de que su hijo había utilizado su teléfono móvil para buscar información sobre municiones para su pistola.