El repunte de la covid-19 en Estados Unidos ha obligado a cerrar las puertas de tiendas y restaurantes, pero se espera que la tasa de desempleo disminuya moderadamente en julio, mientras la Casa Blanca y el Congreso negocian un nuevo plan de ayuda.

La cifra se dará a conocer este viernes, y el desempleo podría caer al 10,5%, desde el 11,1% en junio, según los analistas.

Pero algunos economistas advierten que la ganancia podría ser mucho menor y podría caer en agosto, una mala noticia para el presidente republicano Donald Trump, que sigue rezagado en las encuestas para las elecciones del 3 de noviembre frente al demócrata Joe Biden.

Trump prometió una “gran cifra” en Fox News el miércoles, sin dar más detalles.

“Después de un fuerte repunte en mayo y junio, la recuperación del mercado laboral probablemente se estancó en julio”, anticipó, por el contrario, Lydia Boussour, analista de Oxford Economics.

Ante la multiplicación de casos de covid-19, muchos estados como California, Texas y Florida, han tenido que cerrar comercios que habían reabierto unas semanas antes.

Esto desaceleró significativamente la creación de empleo en el sector privado en julio: solo se crearon 167.000 empleos, contra 2,4 millones el mes anterior, según la encuesta realizada por la firma de servicios empresariales ADP.

“Julio mixto”

Como resultado, las nuevas solicitudes de desempleo aumentaron incluso durante dos semanas a fines de julio, cuando no habían hecho más que bajar desde el comienzo de la pandemia.

Pero comenzaron a caer nuevamente la semana pasada.

Los datos de julio “son mixtos”, admitió Diane Swonk de Grant Thornton. “Las vacantes de empleo continuaron aumentando, pero a un ritmo más lento que el observado en mayo y junio”, con una diferencia entre los estados vinculados al aumento o no de los casos de covid-19, agregó.

El sur y el oeste del país, donde la pandemia ha resurgido, han experimentado un deterioro en el mercado laboral. Pero en pleno verano boreal, los turistas han acudido en masa a otras regiones del país, “a veces desbordadas de visitantes”, especialmente en los parques, dijo.

Los desempleados ahora deben apretarse el cinturón ya que el 31 de julio terminó la ayuda de 600 dólares por semana que les había sido otorgada por el gobierno federal desde el comienzo de la crisis.

En Estados Unidos sin embargo, los beneficios por desempleo se pagan, dependiendo del estado, durante un máximo de tres a seis meses, y la cantidad varía, de 235 a 823 dólares por semana.

¿Acuerdo o decreto?

Para evitar que millones de hogares caigan en la pobreza y continúen consumiendo para hacer funcionar el motor de crecimiento estadounidense, la Casa Blanca y el Congreso están tratando de acordar una prórroga de la ayuda.

Desde hace más de dos semanas, han estado negociando un vasto plan para apoyar la economía. Pero cuando faltan menos de tres meses para la elección presidencial, las discusiones son tensas.

Y el monto de esta ayuda es uno de los grandes puntos de discusión.

Para algunos republicanos, el pago de 600 dólares por semana desalienta a los desempleados a buscar trabajo y, por lo tanto, proponen reducirlo a 200 dólares. La Casa Blanca está negociando una retribución más alta, de alrededor de 400 dólares, pero los demócratas quieren quedarse con los 600.

Trump dijo que decidiría por decreto la reducción de los impuestos salariales, la moratoria para los desalojos, la extensión de los beneficios de desempleo y el pago de las deudas estudiantiles.

El mandatario podría firmar este decreto el viernes por la tarde o el sábado por la mañana.

En total, 32 millones de personas recibieron a mediados de julio esta asistencia de 600 dólares, sola o adicional al beneficio de desempleo al que tenían derecho. En esa misma época, el año pasado, solo 1,7 millones de personas estaban recibiendo asistencia.

El desempleo en Estados Unidos aumentó desde 3,5% en febrero, su nivel más bajo en 50 años, hasta 14,7% en abril, el más alto en 80 años y un aumento nunca visto en solo dos meses. Desde entonces, ha disminuido un poco cada mes, incluso sorprendiendo a los economistas, que estimaban que llegaría al 20%.