Taiwán se prepara para vivir mañana sábado una de las elecciones presidenciales más inciertas de su historia, marcadas por la escasa distancia entre los tres candidatos en liza y el recrudecimiento de las relaciones con China, que considera la isla una provincia rebelde.

Desde la culminación de la transición democrática en 1996, Taiwán ha vivido ocho elecciones presidenciales, y en pocas hubo tanta igualdad entre los candidatos: el aspirante del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), William Lai (Lai Ching-te), parte como teórico favorito, seguido muy de cerca por los opositores del Kuomintang (KMT), Hou Yu-ih, y del Partido Popular de Taiwán (PPT), Ko Wen-je.

De fondo, la incierta respuesta de Pekín, cuyas autoridades han criticado duramente al candidato del PDP y actual vicepresidente de la isla, tachándole de “separatista” y de “carecer de integridad moral”.

William Lai: un médico convertido en político

Hijo de un minero del carbón y médico de formación, Lai (Wanli, 1959) comenzó a participar en política a mediados de la década de los 90, cuando la democracia taiwanesa empezaba a abrirse paso: en 1994 encabezó una asociación de profesionales sanitarios en apoyo a Chen Ting-nan, entonces aspirante a gobernador de la provincia de Taiwán por parte del PDP.

Dos años después, Lai fue el candidato más votado de la sureña ciudad de Tainan en las elecciones a la extinta Asamblea Nacional y posteriormente, en 1998, pasó a representar a esa localidad en el Yuan Legislativo, donde se mantuvo durante cuatro legislaturas.

Su auténtico salto a la fama se produjo a partir de 2010, año en que fue elegido alcalde de Tainan, un cargo que ejerció hasta 2017 dejando un récord para la historia: en 2014, fue reelecto con cerca del 73% de los votos, el porcentaje más alto para unos comicios locales desde el levantamiento de la ley marcial en 1987.

Ese buen desempeño al frente de la ciudad lo catapultó a la arena de la política nacional: primero, como primer ministro (2017-2019), y después como vicepresidente de Tsai Ing-wen, quien lo derrotó en las primarias del PDP y lo invitó a ser su compañero de fórmula en las presidenciales de 2020.

William Lai
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Tras definirse como un “pragmático trabajador por la independencia de Taiwán” en 2017, Lai ha ido moderando su discurso en torno a la autonomía de la isla, en consonancia con la opinión mayoritaria de la sociedad taiwanesa, que se muestra favorable al mantenimiento del status quo actual.

Ahora, como candidato a presidente del PDP, Lai descarta la posibilidad de declarar formalmente la independencia, puesto que, asegura, Taiwán ya es un “país soberano e independiente” bajo el nombre de la República de China.

Contrario al “principio de una sola China”, Lai propone continuar las políticas emprendidas por Tsai Ing-wen en torno a cuatro principios: fortalecer la disuasión militar, garantizar la seguridad económica de la isla, profundizar las relaciones con las principales democracias del mundo y mantener una política pragmática hacia China.

Ko Wen-je, el “outsider” que busca romper el bipartidismo verde-azul en Taiwán

Dueño de un importante apoyo entre los jóvenes, Ko Wen-je se presenta a sí mismo como la única opción capaz de romper el bipartidismo de Taiwán, en donde el voto se ha dividido históricamente entre la coalición verde, más partidaria a la independencia de la isla, y la azul, que aboga por estrechar los lazos con China continental.

El exalcalde de Taipéi (2014-2022) lidera la papeleta del Partido Popular de Taiwán (PPT), formación que él mismo fundó en 2019 con el objetivo de representar una alternativa al gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) y al nacionalista Kuomintang (KMT).

Su irrupción en la carrera electoral convierte a estos comicios en uno de los más inciertos desde el retorno de la democracia en 1996: alrededor de una cuarta parte del electorado apoya a Ko, posicionándose muy cerca del candidato del KMT, Hou Yu-ih, y a no demasiada distancia del aspirante del PDP, William Lai (Lai Ching-te).

Tampoco está del todo clara la postura de Ko respecto a China continental en caso de que resulte elegido como presidente, limitando su posicionamiento al respeto del statu quo actual en el estrecho de Formosa.

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Ko Wen-je

Mientras el candidato del PDP entiende estos comicios como una elección entre “democracia” y “autocracia”, y el aspirante del KMT los define como una cuestión de “guerra” o “paz”, Ko prefiere hablar de una pugna entre la nueva y la vieja política, desmarcándose del discurso y los métodos empleados por los dos principales partidos de la isla.

El núcleo electoral de Ko está, precisamente, en los votantes menores de 30 años, a quienes apela con una fuerte estrategia de comunicación por redes sociales: sólo en Instagram cuenta con 1,1 millones de seguidores, superando ampliamente las cifras de Lai (174.000) y Hou (97.600).

En estos meses de campaña, Ko se ha presentado como una suerte de tecnócrata irreverente y provocador que prioriza las cuestiones de política interna, como los bajos salarios o los problemas de acceso a la vivienda, por encima de las relaciones entre China y Taiwán, en las que se ha mostrado partidario de mantener el statu quo actual.

“Actualmente, mantener el statu quo es la única opción que tenemos, porque Estados Unidos no permitirá a Taiwán unificarse con China, ni China dejará que Taiwán sea independiente. Ni siquiera tiene sentido hablar de independencia o reunificación ahora, porque no puedes conseguir ninguna de las dos”, aseveró Ko en una entrevista a Bloomberg en septiembre pasado.

Así, la propuesta de Ko hacia China consiste en aumentar las capacidades de disuasión de la isla, incrementando el presupuesto de defensa del 2,5 al 3 % del PIB, y retomar la comunicación con Pekín a través del reconocimiento y el respeto mutuos; un planteamiento más cercano al esgrimido por el KMT que al del PDP.

De hecho, la proximidad entre el KMT y el PPT resultará clave en el futuro equilibrio de poderes en la isla, puesto que es poco probable que el PDP conserve la mayoría absoluta en el Parlamento.

Hou Yu-ih, el expolicía que aspira a calmar las aguas entre China y Taiwán

Durante más de tres décadas luchó contra el crimen en la isla y ahora, a sus 66 años, aspira a reconducir las relaciones entre China y Taiwán: es el caso de Hou Yu-ih, el expolicía que representará al nacionalista Kuomintang (KMT) en las elecciones presidenciales taiwanesas del próximo 13 de enero.

Tras un comienzo algo dubitativo en las encuestas, Hou aparece consolidado en segunda posición con alrededor del 28 % de los apoyos, justo en medio de sus dos rivales, William Lai (Lai Ching-te), del Partido Democrático Progresista (PDP), y Ko Wen-je, del Partido Popular de Taiwán (PPT).

La postulación de Hou no estuvo exenta de obstáculos: tras anunciar una coalición electoral, el KMT y PPT optaron en el último momento por presentarse separados a las elecciones al no ser capaces de acordar una fórmula presidencial única.

Hou Yu-ih
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Sobre el papel, Hou es el candidato más favorable a Pekín, aunque durante la campaña ha insistido en la necesidad de trazar un “camino intermedio” entre la independencia, que, en sus palabras, conduciría inevitablemente a una “guerra” con China, y la reunificación, alejándose de las posiciones más tradicionales de su partido.

A lo largo de la campaña, Hou se ha desmarcado de las posturas más duras del KMT en torno a la reunificación con China continental, al afirmar que los únicos encargados de definir el futuro de la isla son los 23 millones de taiwaneses que la habitan.

El expolicía apuesta por una “estrategia de 3Ds” para calmar las aguas a ambos lados del estrecho: disuasión, con el aumento de las capacidades militares y de defensa insulares; diálogo, sobre la base de la Constitución de la República de China (denominación oficial de Taiwán); y distensión, mediante la promoción de intercambios económicos, educativos y religiosos con Pekín.

En el apartado económico, Hou considera “prioritario” recuperar el comercio bilateral a través del Acuerdo Marco de Cooperación Económica entre China y Taiwán (ECFA, por sus siglas en inglés), que sufrió retrocesos en los últimos meses por el recrudecimiento de las tensiones entre Pekín y Taipéi.

En este sentido, Hou se presenta como el único candidato capaz de retomar el diálogo suspendido con China desde 2016, sin que ello suponga renunciar a la autonomía de la isla.

“Me opongo firmemente a la independencia y al ‘un país, dos sistemas’ (planteamiento que Pekín aplica en Hong Kong y Macao). Esta es la vía intermedia en la que nos debemos embarcar”, subrayó el jueves en una rueda de prensa previa a la cita electoral.