Taiwán celebra el próximo 13 de enero unas elecciones presidenciales cuyo resultado marcará el curso de su política respecto a China, en un momento de crecientes tensiones entre Taipéi y Pekín, que reclama la soberanía sobre la isla.

El gobierno chino arremetió hoy contra el actual vicepresidente y candidato oficialista a la presidencia de Taiwán, William Lai (Lai Ching-te) a quien acusó de “empujar” a la isla “al borde de la guerra”.

Chen Binhua, portavoz de la Oficina para Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo chino), se pronunció así en respuesta a unas declaraciones de Lai, quien dijo que si es elegido presidente en las elecciones de enero próximo, las posibilidades de que se declare una guerra entre los dos lados del Estrecho de Formosa son mínimas.

“La búsqueda de la ‘independencia de Taiwán’ implica guerra”, dijo Chen en una conferencia de prensa citada por la agencia oficial Xinhua.

Según el portavoz, las autoridades del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) de Taiwán “se adhieren obstinadamente a la postura de la independencia, escalando las tensiones y la volátil situación en el Estrecho, y empujando a Taiwán al borde de la guerra”.

Agregó que el principio de “una sola China” goza del consenso de la comunidad internacional y que lo correcto es oponerse a la independencia de Taiwán y salvaguardar la paz.

Taiwán celebra el próximo 13 de enero unas elecciones presidenciales cuyo resultado marcará el curso de su política respecto a China, en un momento de crecientes tensiones entre Taipéi y Pekín, que reclama la soberanía sobre la isla.

El candidato del PDP encabeza las encuestas, con un apoyo que se mantiene estable en torno al 30% frente a las formaciones opositoras Kuomintang (KMT), y Partido Popular de Taiwán (TPP), que inicialmente iban a concurrir a los comicios como frente unido pero no lograron ponerse de acuerdo sobre su candidato a la presidencia.

Sobre las elecciones taiwanesas planea también la sombra de China, país que califica al PDP de “independentista” y al que Taiwán acusa de querer interferir en el resultado de las votaciones mediante presiones tanto militares como económicas.