El Ejército de Birmania lanzó este martes al menos dos ataques aéreos contra posiciones cerca de la frontera con Tailandia controladas por la guerrilla Karen, que arrebató esta mañana un puesto fronterizo a las autoridades.

El ataque de las Fuerzas de Armadas se produjo sobre las regiones de Bwa Der y Dar Gwin, confirmó a Efe Dave Eubank, de la ONG Free Burma Rangers, que desconoce de momento si hay víctimas mortales.

El ataque aéreo sucedió horas después de que el rebelde Ejército de Liberación Nacional Karen (KNLA, siglas en inglés) ocupara un puesto fronterizo en Thaw Le Hta, situado cerca de la provincia tailandesa de Mae Hong Son.

La guerrilla logró incautar decenas de armas de gran calibre, varias rondas de munición y artefactos explosivos, entre otros materiales del Ejército, conforme a las imágenes publicada por los medios locales, que no informan sobre posibles muertos o heridos.

El pasado 27 de marzo, el KNLA arrebató otro puesto militar al Ejército birmano en Thi Mu Hta y mató a 10 soldados, incluido un oficial, además de detener a ocho militares.

Al igual que hoy, las Fuerzas Armadas birmanas respondieron entonces con ataques aéreos y terrestres contra bases y aldeas en las zonas controladas por la guerrilla Karen.

Free Burma Rangers cifró este martes en 25.000 las personas desplazadas tras reavivarse el conflicto armado el mes pasado.

Guerrillas prodemocracia

Varias guerrillas de las minorías étnicas, que representan el 30% de la población del país, llevan décadas alzadas en armas en Birmania (Myanmar) para reclamar una mayor autonomía y tras el golpe militar algunas han expresado su apoyo a los manifestantes prodemocráticos.

Según Radio Free Asia, Chinland Defense Force, una milicia formada tras el golpe, atacó el lunes a un convoy militar y causó al menos 15 muertos en el estado Chin, en el oeste del país.

Tras el levantamiento militar también se han recrudecido los combates entre los soldados y la guerrilla del Ejército Nacional Kachin en el noreste del país.

Tras varios incidentes, la junta militar anunció el 1 de abril un alto el fuego unilateral con los grupos étnicos armados hasta final de mes, que no ha respetado.

Desde el golpe, los birmanos han organizado protestas a diario por todo el país contra los militares que han sido reprimidas con gran brutalidad por parte de las fuerzas de seguridad y que han dejado al menos 753 civiles muertos.

El pasado sábado, el jefe de la junta birmana, el general golpista Min Aung Hlaing, asistió a una reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Yakarta, donde se comprometió a frenar la violencia contra los civiles y aceptar a un mediador para solventar la crisis.

Sin embargo, este martes la junta militar expresó que priorizará “mantener la ley y el orden” y “la estabilidad” antes de “considerar” el cese de hostilidades.

El Ejército birmano justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la depuesta lider Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, con el aval de los observadores internacionales.