Rafael Correa, expresidente de Ecuador, afirmó este sábado que la reputación de su país internacionalmente está "hecha pedazos". El exmandatario se refería a la actitud del presidente Daniel Noboa, quien ordenó la invasión de la Embajada de México para detener a su exvicepresidente Jorge Glas.

Este sábado, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa (2007-2017) aseguró que la reputación de su país en ámbito internacional está “hecha pedazos”. El exmandatario a la actitud del presidente Daniel Noboa, quien ordenó invadir la Embajada de México para detener a su exvicepresidente Jorge Glas. La exautoridad había recibido asilo político. Los dos países rompieron las relaciones diplomáticas.

“El daño para la reputación del país es inmenso, creo que irreparable en el corto plazo”, señaló en una entrevista por videoconferencia con EFE, donde se preguntó quién va a respetar ahora las embajadas de Ecuador en el exterior o a los migrantes ecuatorianos si una fuerza estatal de otro país abusa de ellos.

“Antes se le conocía a Ecuador como el ‘jaguar’ de América Latina, y ahora se lo conoce por ser el país más violento (de Latinoamérica), el principal exportador de droga, sobre todo de cocaína, a Europa. (…) El último clavo al ataúd fue la toma del canal de televisión en enero. El país está enterrado. Su prestigio, su reputación, está hecha pedazos”, señaló.

Correa reside desde 2017 en Bélgica, donde cuenta con la condición de refugiado al denunciar persecución política y ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos), el mismo motivo que llevó a pedir el asilo a México a Glas, que tiene dos condenas vigentes por corrupción y está imputado en un nuevo caso.

“Es un ‘casu belli’ (motivo de guerra)”, enfatizó Correa al señalar que lo sucedido en la noche del viernes en la Embajada de México en Quito es “técnicamente un secuestro en territorio extranjero” de una persona a la que se le había concedido asilo político.

“Ni siquiera es fascista, es bárbaro”

El exgobernante afirmó que a Glas, sobre quien pesaba una orden detención y prisión preventiva, “le patearon la cabeza y la cadera y le pisaron los dedos de las manos y de los pies”, lo que hace que “no puede caminar bien como se vio en un video” de su traslado a la cárcel. “Ni siquiera es (un acto) fascista, es bárbaro”, señaló.

Para el exmandatario no hay un precedente similar donde un Gobierno ordene a la fuerza estatal irrumpir en la embajada de otros país, pues recordó que en el caso de Julian Assange, este fue entregado a las autoridades británicas, que accedieron a la sede diplomática de Ecuador en Londres para detener al informático australiano.

Incluso señaló que ni siquiera el Gobierno del conservador presidente Guillermo Lasso se atrevió a invadir la Embajada de Argentina cuando el Gobierno del peronista mandatario Alberto Fernández dio el asilo a la exministra correísta María de los Ángeles Duarte, tras más de dos años alojada junto a su hijo menor en la residencia del embajador en Quito.

Crisis creada por “torpeza” y “vanidad”

Preguntado por si cree que Noboa buscó evitar un episodio similar al de Duarte, que logró salir del país sin que las autoridades ecuatorianas se percataran tras haberle negado el salvoconducto para no ser detenida, Correa afirmó que la hipótesis más probable que explica el episodio con México es la “torpeza” y “vanidad” de Noboa.

Correa describió al joven presidente, de 36 años como “un chico muy inmaduro que nació en cuna de oro, creció en una burbuja, ya no plateada, sino con diamantes, y que no conoce la realidad”, pues lo consideró “caprichoso, engreído, malo… y ahora lo hemos ratificado”.

También lo calificó de vanidoso por haber reaccionado con la expulsión de la embajadora de México, Raquel Serur, ante las declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en las que, en el contexto de las elecciones mexicanas, relacionó el asesinato en Ecuador del candidato presidencial Fernando Villavicencio con el triunfo de Noboa sobre la candidata correísta Luisa González.

Asimismo, Correa cree que Noboa fue “extremadamente torpe” en manejar la situación, pues en su situación aseguró que habría concedido el salvoconducto por respeto al derecho internacional y “sacarse un problema de encima”.

Oposición permanente a Noboa

El líder del movimiento político Revolución Ciudadana señaló que Noboa “no es una persona decente, porque alguien decente no maneja el poder en función de sus caprichos, en función de sus odios, de sus vanidades”.

“Es un chico muy ensimismado que no le gusta perder, acostumbrado a ganar porque los millones compraban todo y creyó porque un país se iba a dirigir de la misma forma que una hacienda bananera (…) Se atreve a hacer lo que nunca la historia ha ocurrido: irrumpir en una embajada y para secuestrar a un asilado”, reiteró.

En ese sentido, Correa anticipó que la Revolución Ciudadana no volverá apoyar al Gobierno de Noboa, algo que hasta ahora había sucedido en algunas votaciones en la Asamblea Nacional (Parlamento), como en una rueda de prensa los confirmaron los portavoces del partido, que pasará a ser oposición.

Correa valoró la reacción internacional por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de varios países de Latinoamérica que han condenado y rechazado el ingreso a la fuerza de la Policía Nacional de Ecuador a la embajada mexicana.

Sin embargo, apuntó que “hay silenciosos estruendosos” y se refirió en concreto al de Estados Unidos, pues cree que de haber ocurrido en la embajada estadounidense el país ya estaría invadido o que si lo hubiese hecho Venezuela ya hubiesen denunciado al presidente Nicolás Maduro ante la Corte Internacional de La Haya.