Cuando el jefe de estado de El Salvador, Nayib Bukele, anunció la tarde de ayer que partía rumbo a México, las redes sociales en la nación centroamericana estuvieron atentas al alcance de la primera visita del denominado internacionalmente “Presidente Millenial”.

Pero el alcance fue por golpe. La reunión en la que era anfitrión el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tomó un matiz inesperado al momento de uno de los saludos entre ambos mandatarios.

Cuando AMLO intentó levantar el brazo de Bukele, en un gesto de amistad gubernamental, el entusiasmo fue tal, que generó que la mano del mandatario centroamericano fuera a dar con fuerza a su rostro y quedara marcado en el encuentro, como seguramente el golpe.

Inmediatamente las redes sociales de los dos países en mención hicieron eco del incómodo momento, mientras se hablaba en Chiapas del proyecto “Sembrando vidas”, el cual tiene como fin la asistencia de 30 millones de dólares para la producción de 50 mil hectáreas que generaría miles de empleos en El Salvador.

Ambos mandatarios se habían dedicado elogios en un discurso en el que Bukele aseguro que AMLO es “un hombre cuyo único interés es dejar un legado en México”. López Obrador le dijo que era un “extraordinario político”.

Minutos después de la viralización del golpe, quien hace unos días se autodenominó “el presidente más cool del mundo”, bromeó en Twitter, asegurando que eso fue la consecuencia de haber llamado a AMLO “cabecita de algodón”.

Medios de comunicación en México, como El Universal, en Centroamérica y hasta en Europa, han informado de la reunión literalmente de impacto que dejó la visita.