Los casos de corrupción siguen persiguiendo a la expresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, luego que se se revelara la confesión de su antiguo contador personal, Víctor Manzanares, por casos de lavado de dinero.

Manzanares declaró el pasado viernes por más de 11 horas ante el fiscal de la causa, Carlos Stornelli, donde reconoció que la exmandataria estaba al tanto de las operaciones de lavado de dinero de coimas pagadas para la adjudicación de proyectos de obra pública, tanto en el gobierno de su esposo Néstor Kirchner (2003-2007) y en los de ella (2007-2015).

El contador explicó que la familia Kirchner constituyó las empresas hoteleras Los Sauces y Hotesur, con el fin de utilizarlas para lavar el dinero pagado por empresarios K como Cristóbal López y Lázaro Báez, quienes habrían dado millonarios sobornos para quedarse con proyectos públicos.

Además, en su confesión Manzaranes agrega que el dinero de las coimas primera era trasladado al departamento de los Kirchner en Buenos Aires y después llevados al sur de Argentina. “Ella estaba al tanto de todo” desde que murió Néstor Kirchner, agregó el exfuncionario, consigna diario Clarín de Argentina.

El sistema de lavado de dinero que indaga la justicia argentina plantea que empresarios como López y Báez simulaban arrendar las habitaciones de los hoteles de las familir Kirchner en la Patagonia, pero en realidad se trataba de dinero usado para sobornar a las autoridades y quedarse de esa forma con las licitaciones.

En la causa, Cristina Fernández fue considerada como “jefa de una asociación ilícita”, por lo que el juez pidió su desafuero y ordenó su prisión preventiva.

Pero la expresidenta y actual senadora no puede ser detenida debido a su inmunidad parlamentaria, aunque sí se le puede juzgar y condenar.