Fuertes vientos procedentes del sur de Estados Unidos provocaron oleajes y penetración del mar en el oeste de Cuba, con inundaciones en zonas urbanas bajas de La Habana, que obligaron a evacuar algunas viviendas.

Las fuertes olas rompían en el extenso malecón que bordea la capital cubana, se elevaban como una explosión de fuegos artificiales e ingresaban varios metros dentro de la costa, inundando calles, en algunos casos hasta 500 metros hacia adentro.

La policía cerró los accesos y controló el ingreso de peatones. Bomberos, provistos de balsas y cuerdas, ayudaron a salir a ciudadanos que habían quedado aislados en sus viviendas, en medio de la inundación. Algunas personas cargaban en sus brazos a sus mascotas y algunas pertenencias. El fenómeno es poco común en diciembre, ya que la temporada ciclónica en la isla va de julio a noviembre.

Preventivamente, la Defensa Civil puso en marcha sus mecanismos de protección de personas, inmuebles y recursos, para minimizar los daños. Los municipios afectados son Plaza de la Revolución, Playa, Centro Habana y Habana Vieja, en la capital. El céntrico Paseo del Prado también había sido alcanzado por las aguas.

“Se han tomado todas las medidas para que no se pierda ningún recurso humano ni material”, informó el primer secretario del Partido Comunista de La Habana vieja, Rodolfo Candalo, a la televisora estatal. Las autoridades no han reportado víctimas.

“Estamos preocupados”

“No es normal en diciembre y nos cogió este año. Pensamos que no iba a haber ciclón pero nos cogió este tipo de tormenta. Pero en esta zona estamos casi siempre preparados para todo lo que traiga el mar”, dijo Daniel Pérez, habitante de El Vedado, un distrito de La Habana.

En el municipio de Plaza de La Revolución se evacuaron a 22 personas, informó Jair Morales, presidente del Consejo de Defensa Municipal, a la televisora estatal. En algunas zonas se cortó la energía eléctrica y el servicio de agua potable, como precaución.

Según detalló Miriam Llanes, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, al diario oficial Granma, en la madrugada del viernes ingresó a Cuba el séptimo frente frío de la temporada, que fue precedido por una banda de lluvias y tormentas eléctricas.

De acuerdo con la especialista, la “baja extratropical” que se desplazó este jueves por el sur de Estados Unidos, ocasionó vientos fuertes que alcanzaron velocidades entre 75 y 111 km/h. La previsión es que la penetración del agua se diluya el sábado.

“Acostumbrados estamos, pero preocupados también, porque cada vez que entra el mar pasamos trabajo para todo. Entra por los tragantes, las tazas sanitarias a las viviendas. La electricidad la cortan y la comida se echa a perder”, contó por su parte Magdalena Pulgar, residente de La Habana.

En la zona de Santa Fe, sector oeste de La Habana, más de 500 personas fueron evacuadas preventivamente. “Hay una experiencia de los vecinos (…) se ha protegido a aquellos vecinos cuyas casas peligran con la penetración del mar”, detalló Raúl Macías, representante del municipio Playa, que comprende ese sector.

La isla caribeña se localiza en una zona que habitualmente es afectada por ciclones tropicales originados en el Atlántico, lo que la obliga a tener eficaces mecanismos de enfrentamiento liderados por la Defensa Civil.

En 2017, el poderoso huracán Irma castigó 12 de las 15 provincias cubanas, dejando pérdidas por 13.185 millones de dólares, por los daños en viviendas, instalaciones de salud, escuelas, hoteles, redes eléctricas y cultivos.