Al menos 35 civiles murieron este lunes y 37 resultaron heridos en Burkina Faso en un ataque con una bomba de fabricación casera que estalló al paso de un convoy en la norteña región de Sahel, golpeada con frecuencia por atentados yihadistas, según informaron la pasada madrugada las autoridades regionales.

Las autoridades del país reportaron al menos 35 civiles muertos y 37 heridos luego de que un vehículo que iba en un convoy golpeara un artefacto explosivo improvisado, según indicó el gobierno interino en un comunicado. Las autoridades burkinesas estiman que alrededor de 10.000 nacionales han muerto en ataques yihadistas desde 2015.

Según informaron las autoridades locales, un vehículo que iba dentro de un convoy arrolló un artefacto explosivo improvisado entre las localidades norteñas de Djibo y Bourzanga, camino a la capital del país, Uagadugú.

La zona donde ocurrió el hecho se ha visto fuertemente afectada desde 2015 por el incremento de ataques a aldeas, comisarías y puestos de control militares por parte de grupos yihadistas.

“Escoltas aseguraron rápidamente el perímetro y tomaron medidas para ayudar a las víctimas”, añadió la junta militar en el comunicado.

A pesar de la presencia de fuerzas de paz de la ONU y tropas extranjeras en el país, la inseguridad ha aumentado en la región del Sahel de África Occidental durante la última década, a medida que grupos vinculados a Al-Qaeda y al autodenominado Estado Islámico ganan terreno.

Inestabilidad política en Burkina Faso

El pasado 24 de enero, los militares del país africano realizaron un golpe de Estado e instauraron al teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba como nuevo presidente de la nación. Además, la creciente presencia de grupos extremistas islámicos ha generado que el país afronte una grave inestabilidad política.

Recientemente, Madiba aseguró que ha tenido “avances muy significativos” en cuanto al diálogo nacional con grupos yihadistas para persuadirlos de que dejen las armas y se pueda controlar la inseguridad que vive Burkina Faso.

“En cuanto a la implementación del proceso de diálogo, los avances son muy significativos. Están incluso más allá de lo que se esperaba”, expresó hace unos días Damiba mediante un discurso transmitido por medios locales.

A pesar que el yihadismo también se ha expandido a sus países vecinos -Mali y Níger-, Burkina Faso ha sido el país más afectado por la violencia en la región del Sahel.

En noviembre de 2021, se reportaron 53 muertos por un ataque a la Policía, el cual generó gran rechazó social, provocando multitudinarias marchas que exigían la dimisión del presidente Roch Marc Christian Kaboré.

La preocupante situación de los burkineses

Según Me Barthélémy Kéré, ministro de Justicia burkinés, más de 10.000 personas entre civiles y miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en Burkina Faso desde el 2015 por ataques de grupos terroristas.

“Los ataques terroristas que han padecido las poblaciones e instituciones de Burkina Faso desde 2015 han provocado graves violaciones de los derechos humanos y la muerte de más de 10.000 personas”, lamentó Barthélémy Kéré.

Por su parte, 28 organizaciones no gubernamentales advirtieron este mismo 5 de septiembre que casi una de cada diez personas del país africano han sido desplazadas por los ataques yihadistas que sufre la nación, lo que ha generado, a su vez, una creciente inseguridad alimentaria.

“Lo más preocupante es que la tasa de inseguridad alimentaria grave casi se ha duplicado en comparación con el año pasado, con más de 600.000 personas en niveles de hambre de emergencia durante esta temporada de carestía”, afirmaron las ONGs en un comunicado conjunto.

Dentro de las organizaciones firmantes se encuentran Save The Children, Oxfam, Médicos del Mundo, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), entre otras. Las casi dos millones de personas que han sido desplazadas experimentan la “peor crisis alimentaria en una década”, afirmaron mediante el documento.

Según subrayó Benoit Delsarte, director de Save The Children en Burkina Faso, los más afectados por los desplazamientos son los niños, “tener que huir una y otra vez mientras intentan sobrevivir priva a las familias de cualquier oportunidad de reconstruir sus vidas”, afirmó.