El comunicador contó el crudo momento que vivió cuando uno de sus hijos tenía un año y, de pronto, lo perdió de vista para encontrarlo flotando en una piscina.

El periodista Felipe Vidal recordó uno de los momentos más aterradores de su vida, cuando su hijo de entonces un año tuvo un accidente y estuvo a punto de ahogarse en una piscina.

Vidal, que estuvo como invitado de Juego Textual, fue consultado sobre el “susto” más grande que tuvo con uno de sus hijos. Fue entonces que recordó que todo ocurrió cuando el niño, llamado Crescente, tenía un año y medio.

“Estábamos en casa de sus abuelos, hubo esa típica sobremesa del día domingo. Yo muy aprensivo, todo el rato detrás de él (…) y pese a eso, se me perdió”, comenzó relatando.

Así, al dar cuenta de su ausencia, “salgo a buscarlo, me imaginé el camino. Voy por una pieza del fondo y vi a Crescente flotando en la piscina de espaldas con la cara hacia arriba”.

De acuerdo al relato del comunicador, todo ocurrió en mayo, cuando hacía frío y dicha piscina no contaba con una reja protectora. Vidal afirmó que ver al bebé en ese estado fue un shock.

“Cuando lo vi fue una ‘pausa’, como que no estaba pasando eso. Lo saqué y lo dejé en el pasto, en lo racional, pensando que mi mujer, la Trini, que sabía primeros auxilios, iba a hacer algo, pero ella solo pegó un grito gigante. Crescente estaba inconsciente”.

“Mi suegro, que en paz descanse, despertó del grito y no sé qué le hizo, pero lo reanimó, empezó a llorar Crescente, lo envolvimos y partimos a la clínica”, contó.

“Esto fue un domingo a las cuatro de la tarde y a Crescente lo dieron de alta el lunes a las 10 de la mañana. Ni siquiera tuvo neumonía”, contó.

Estuvo cinco minutos inconsciente, nos decían que lo más probable era que tuviera secuelas. Yo cuando lo dejé me desplomé”, dijo poco después.

Asimismo, Vidal apuntó que el accidente “me costó dos ofertas laborales, que no me arrepiento de nada. Porque yo tenía la necesidad permanente de ir a verlo. Como trabajaba en La Red, que estaba cerca de la casa, aprovechaba cada momento para ir a casa y solo mirarlo, por meses. Eso que no le pasó nada, solo fue el impacto, la idea”.