Durante las últimas semanas las redes sociales se han plagado de fotos de Lady Gaga y Adam Driver participando del rodaje de “House of Gucci”, la película dirigida por Ridley Scott , conocido por películas como Gladiador, Alien: el octavo pasajero o Blade Runner .

El film llevará a la pantalla grande (y probablemente chica, debido a la pandemia del covid-19) uno de los sucesos más espeluznantes de la moda italiana que trata sobre el homicidio que ocurrió en Milán y se que conoce como la historia oculta de los Gucci, esa que no quieren que nadie conozca, pero que salió en todos los diarios de la época.

Los detalles del caso que terminó con un asesinato y la autora intelectual en la cárcel por 18 años, tiene detalles sórdidos que Lady Gaga encarnará para la película. Pero, ¿cuál fue la historia real? te la contamos a continuación.

La “cenicienta” de Milán

No todo fue miel sobre hojuelas para los protagonistas de esta historia, Patrizia Reggiani era la hija de una camarera y un empresario transportista que nació en 1948, en los alrededores de Milán, que se abrió paso en la élite de la ciudad italiana cuando cumplía los 20 años.

Si bien, no era parte de esta elite, entrar en el círculo no fue una tarea difícil para Patrizia, ya que desde joven su padre la mimó con abrigos de visón y autos deportivos. Pero su ascenso definitivo a la alta sociedad lo encontró con quien en ese momento se transformó en el amor de su vida, Maurizio Gucci, el heredero de la famosa casa de moda que perteneció a Guccio Gucci, su abuelo que comenzó con el imperio familiar en 1921.

Según destaca El Confidencial, la pareja se conoció y automáticamente se enamoraron, Reggiani declaró respecto de ese momento: “Conocí a Maurizio en una fiesta y se enamoró locamente. Yo era excitante y diferente”.

Se casaron en 1972, pese a que Maurizio casi fue desterrado de la familia, considerando que no veía con buenos ojos su enlace con Patricia, sin embargo, consideraban que la sangre está primero así que finalmente aceptaron el matrimonio.

La pareja, conocida con el acrónimo “Mauizia” que unía sus nombres (Chiara Ferragni y Fedez no fueron los primeros en imponer esta moda con The Ferragnez), recibieron por parte de los Gucci numerosas propiedades entre las que se encontraban islas privadas y yates, y se codearon con el máximo jet set de la época como los Kennedy, destaca Vanity Fair.

Lady Gucci, como era apodada por la prensa Patrizia, tuvo dos hijas con Maurizio, Alessandra y Allegra, quienes recibirían directamente la herencia de su marido y esta fue la razón por la que se desató el asesinato que la llevaría 18 años a la cárcel.

El asesinato que marcó a los Gucci

El matrimonio que componía “Mauiza” duró sólo 12 años, hasta que en 1984 Maurizio salió a un viaje de negocios y nunca volvió con Patrizia, quien se quedó en su casa con las dos niñas, fruto del matrimonio que era el objeto de deseo de la prensa de la época.

La razón de la decisión de Maurizio, Paola Franchi, una mujer más joven con la que se fugó y desencadenó la historia de venganza que duraría una década.

Según destaca El País, Paola Franchi declaró que Patrizia les acosaba constantemente, asegurando que “llamaba con frecuencia para amenazar de muerte” a su exmarido e incluso habría escrito un libro en el que dejaba sus planes para el heredero de Gucci señalando “Hay quien muere en accidente de coche, quien de una enfermedad, y hay quien tiene el privilegio de convertirse en objetivo de un asesino a sueldo”.

La razón se remontaba a principios de los años 80, cuando Rodolfo Gucci falleció y Maurizio quedó a cargo de la compañía con el 50% en sus manos. En ese momento, Patrizia se convirtió en la fuerza para que él pudiera tomar el cargo, al mismo tiempo que ambos protagonizaban discusiones y peleas con la familia completa por el control de la compañía que finalmente quedaría en manos de Investcorp.

El matrimonio se terminaba a medida que la fortuna decrecía, ya que la gestión de Maurizio no fue la mejor e incluso le acusaron de blanquear dinero y de falsificar la firma de su padre. Finalmente vendió Gucci a la firma Investcorp, lo que enfureció a “Lady Gucci”, e hizo que finalizara el enlace que había comenzado en 1972 con el divorcio en 1990.

El quiebre gatilló que Patrizia, la mujer célebre por decir “Prefiero llorar en un Rolls-Royce que ser feliz en una bicicleta”, viviera llena de odio por su ex marido y la forma que encontró para descargar su rabia fue contratar a un sicario y mandar a matarlo en 1995.

4 disparos acabaron con la vida de Maurizio Gucci, que a sus 46 años salía de su domicilio en Milán camino a las oficinas que mantenía en la zona de Vierse. El asesino también habría intentado matar al portero, Giuseppe Onorato, de 52 años, que barría la entrada del edificio.

En un primer momento el asunto resultó confuso para la policía, entendían que el asesino no era un profesional por la forma de actuar, pero tampoco esperaban que alguien intentara matar a Maurizio, consignó El País la mañana del 27 de marzo de 1995.

La verdadera historia detrás del homicidio

Si bien, la policía no creía que Maurizio sufriera peligro de un atentado, de inmediato tomó como sospechosa del asesinato a la que en ese entonces ya era su ex mujer, Patrizia Reggiani y estuvieron en lo cierto.

En 1995, Patrizia contrató, a través de su vidente, Giuseppina Auriemma, a un sicario llamado Benedetto Ceraulo para que matara a su ex marido, que en ese entonces estaba por contraer matrimonio nuevamente, pero esta vez con Paola Franchi, la mujer con quien vivía en su palacio del centro de Milán.

Entre los motivos para organizar el asesinato estaba que no quería que sus hijas Alessandra y Allegra perdieran algo de la herencia que tenían, puesto que si la pareja tenía hijos, tendrían que compartir lo que a juicio de Patrizia les pertenecía, aunque había otro motivo igual o más fuerte.

Según consigna El Confidencial, Patrizia no quería que hubiera otra mujer junto a su marido a la que todo el mundo llamara “Señora Gucci”.

“Patrizia había tramado el asesinato de su ex marido con la ayuda de su vidente porque, a pesar de haber pasado más de diez años desde el divorcio, era incapaz de aceptar el rechazo de su marido y la pérdida de su estatus social”, asegura el medio.

Durante el juicio, se dieron a conocer diversos hechos que mostraron las actitudes más crueles de la ya apodada “Viuda Negra” de Milán. Paola Franchi declaró que recibía llamadas amenazantes de Patrizia, las que apuntaban especialmente al gasto que se hacía de la fortuna que poseían.

Además, se reveló que Paola recibió una orden de desahucio (desalojo) firmada por Reggiani sólo unas horas luego de la muerte de su ex marido y que esta última se presentó en el entierro indicando que sentía “humanamente” la muerte de Maurizio, pero que no podía decir lo mismo “desde un punto de vista personal”.

De igual forma, se dio a conocer el modus operandi del crimen, en el que Patrizia apuntó a que su vidente actuó de forma independiente, aunque una revisión a su diario y las llamadas telefónicas revelaron que efectivamente había pagado una alta suma de dinero a Pina Auriemma, quien contrató al sicario y el chofer que lo trasladó mediante Ivano Savioni, un portero al que conocía.

De esta forma, Patrizia Reggiani fue declarada culpable del asesinato y se le sentenció a 26 años de cárcel, de los que sólo cumplió 18. Aunque pudo salir antes, en 2011 cuando se le propuso la libertad condicional, lo rechazó ya que esto implicaba que debía trabajar y ella, jamás había trabajado.

Según señaló en ese momento, habría preferido la vida de cárcel, en la prisión San Vittore de Milán, donde tenía las comodidades que necesitaba como poder cuidar de sus plantas y del hurón que era su mascota en sus días tras las rejas.

Sin embargo, salió en libertad el año 2013, lista y dispuesta a recuperar todo lo que no había disfrutado durante sus 18 años de presidio, pero también a trabajar como estilista en la firma de joyería Bozart, algo que según ella comentó podría hacer con naturalidad, combinando carteras con joyas.

La libertad de la viuda negra

Ya en libertad fue sorprendida por los paparazzi, mientras estaba en su primer día de trabajo. Las preguntas apuntaron directamente al crimen que cometió contra su marido, preguntando por qué contrató un sicario y no fue ella misma quien asesinó a Maurizio, a lo que contestó: “Mi vista no es tan buena. No quería fallar”, destacó Infobae.

Trabajó hasta 2016, cuando recuperó su libertad, y actualmente vive en Milán, con parte de la fortuna que le dejó su ex marido, el mismo al que mandó a matar. Sus hijas apelaron al proceso que le entregaba a su madre los dineros que su padre dejó en vida, sin embargo, la Corte de Apelaciones de Milán no les dio en el favor indicando que los comportamientos penales de Reggiani no tenían relevancia en los acuerdos establecidos con Maurizio Gucci.

Actualmente, Lady Gucci no mantiene contacto con sus hijas, quienes dejaron de hablarle tras el crimen de su padre. De hecho, aún no conoce a sus nietos. Vive sola en Milán, acompañada por su papagayo Bu, la exótica ave la acompaña mientras visita algunas de las mejores tiendas de la exclusiva Via Montenapoleone.

Respecto de la nueva película de Lady Gaga que revivirá su historia, la italiana comentó a medios de su país: “Tengo dos hijas, no me gusta que revivan la situación de su padre. También me hubiera gustado que Lady Gaga viniera a conocerme. No tiene nada que ver con el dinero, porque no le hubiera cobrado ni un centavo. Pero es lo que hacen los buenos actores para componer un personaje. Lo digo con toda la simpatía que tengo por ella”, consignó Infobae.

Asimismo, indicó que Maurizio Gucci fue su único amor verdadero. “Si volviera a verlo le diría que lo amo, porque es la persona que más me importó en la vida”, afirmando, sin embargo, que sabía que fue un amor no correspondido.“Yo no odiaba a Maurizio, nunca lo odié. Era irritación. Él me irritaba”, sentenció.