Anita Alvarado recordó la muerte de su hermano, a los 25 años, quien vivió con una adicción a las drogas que mantuvo angustiada a su madre y a toda la familia: "Bien muerto está".

Uno de los momentos más crudos del estreno de El Purgatorio de Canal 13, fue el relato de Anita Alvarado sobre todo lo que tuvo que vivir por su hermano menor Felipe, quien era adicto a las drogas, y murió con 25 años.

La influencer aceptó ser parte de la dinámica donde la médium Marjorie Ulloa intentó contactarse con Felipe.

Allí relató lo mucho que intentó ayudarlo, y lo poco que sirvió. “Por eso no consumo drogas y soy muy cuidadosa de que mis hijos no consuman drogas, soy muy estricta con eso”, reconoció.

Anita Alvarado y su hermano: “Bien muerto está”

“Yo amé a mi hermano, pero nos hizo sufrir tanto. Entonces bien muerto está”… Él nos robó todo y lo regaló”, recordó.

“Fue un niño muy malagradecido, porque cuando están metidos en la droga, son niños muy malagradecidos”, advirtió.

De hecho, rememoró cómo su mamá solía tenerle tres libros de leche a diario, “a escondidas de mi papá, porque él no lo quería tener en la casa, por lo mucho que hacía sufrir a mi madre”.

Alvarado y sus hermanos intervinieron para evitar el dolor a su mamá y solían cubrirlo cuando ella les preguntaba si habían sabido de él, hasta que finalmente la mujer se dio cuenta de que le estaban mintiendo.

Fue así que Anita Alvarado llevó a su hermano a diferentes lugares para tratar de rehabilitarlo. “Lo llevé a Japón, lo llevé a Cuba, lo metí en tratamientos en Chile y finalmente se murió de una insolación”, recordó.

“La plata no sirve de nada si tú no ayudas. Yo tuve todo el dinero que cualquier persona podría haber querido y me hermano igual se murió drogadicto”, comentó.

“Mi hermano me llevó a la humillación más grande”

La llamada “Geisha chilena” recordó el peor momento que enfrentó con Felipe, cuando quiso que se quedara con ella.

“Mi hermano me llevó a la humillación más grande, humillarse no es ser prostituta. Por eso digo que está bien muerto”, dijo, no pudiendo contener la emoción.

“Ese niñito, mi hermano, me dijo ‘¿Quieres que me quede? ¿Quieres que mi mamá duerma tranquila? Llévame a comprar drogas"”, contó.

“Tuve que ir con él en la camioneta. Yo me paré y me dijo: ‘tú no te bajas’… y me dio una rabia”, reconoció, eso sí, le exigió que si iba a drogarse, lo hiciera en el patio, porque ella ya tenía hijos.

“(Lo hice) solamente para hacer feliz a mi madre. Por eso digo, que bien muerto está, porque nunca más hizo sufrir a mi madre o a otra gente”, dijo.

Finalmente, Felipe murió de una insolación a los 25 años. “Él tuvo la oportunidad de llegar al hospital solo tres veces… La última vez por insolación y se sintió tan mal, que tuvo uno de esos momentos que te da la vida, de decir ‘wow, sí, me estoy muriendo’ y piden perdón”, reveló.

“Yo sé que está bien, que está en el cielo, porque tuvo la oportunidad de decir, ‘Dios Mío, la cagué"”, comentó.