Pioneros en la construcción de quinchos modulares, la empresa con más de 12 años en el mercado sobrellevó sin problemas la pandemia y hoy, con sitios web en español e inglés, buscan expandirse.

En los inicios de nuestra cultura, el significado del concepto hoguera pasaba por la familia, gracias a la utilidad del fuego. La palabra evolucionó y hoy se conoce como hogar, ese espacio dedicado a la reunión, solo posible por el descubrimiento que brindó abrigo y seguridad a los seres humanos.

La historia no es muy distinta al presente donde el quincho, con su calidez, se ha transformado en un lugar central en cada hogar. Allí no solo se atiende a los más cercanos, sino a los amigos, entregando desde este “mundo especial”, la alegría de compartir un buen asado y todo lo que ello implica.

De hecho, “No hay nada imposible”, son palabras que describen el origen de Quinchos Izacar, una empresa familiar surgida hace más de una década, y cuyo objetivo fue insertarse en un mercado donde la eficacia y el respeto a los espacios es fundamental, pero también la vida que gira en torno a un quincho.

De hecho, en una conversación franca y alejada de los tecnicismos, el gerente general de Quinchos Izacar, Carlos Navarrete Riveros, relata que “el quincho es un espacio que está dentro del hogar, pero tiene mucha relevancia porque en el quincho hay alegría, están los amigos, están las cosas importantes, todo se relaciona en torno al quincho. Es un punto de encuentro, ya no es secundario, es un espacio principal dentro del hogar. Allí se reúne la familia, los amigos y se cita a los eventos más importantes del hogar”.

Con esa idea clara, es fácil recordar el origen pues, como recuerda el empresario, la idea nació “de una necesidad propia, por un tema familiar, del hogar. En un momento, estoy dibujando y se lo presento a mi señora, y le pregunté ‘¿qué le parecería un quincho con una parrilla y un horno abajo?’. De ahí parte toda la idea. A ella le pareció bien, por un tema de espacios, lo encontró bueno y lo principal es que no hay que construirlo, no vamos a tener que invadir el espacio, todo viene listo”.

Las tres estrellas

Un quincho modular implica que está compuesto de distintas partes que se acomodan a los espacios y se adaptan a ellos para redefinir el concepto de hogar, asimilándolo a su origen, cuando alrededor de la hoguera se reunía la familia para encontrar afecto, alimento y calor.

Esa idea ha sido traspasada a las tres grandes estrellas de Izacar y se desprende del detalle que Navarrete entrega de sus productos.

“Tenemos tres modelos que son estándar: el modelo Duplex, donde viene la parrilla, el horno y la campana; el modelo Goliat, que viene con parrilla, motor, muebles, reloj y otros, y el modelo Mediterráneo, que es nuestra nueva línea que se ajusta al espacio que las personas quieran”, explica.

www.quinchosizacar.com

Pero una de las principales características de estos productos es que en solo media hora usted puede prender el fuego y, como se dice en buen chileno, “tirar toda la carne a la parrilla”.

Como ejemplo, indica Navarrete, “el quincho Uruguayo se compone de 5 partes. Hay una parte que es la base de la parrilla, que es el que nosotros ingresamos primero, luego se pone toda la parte donde va el asado, la parrilla y ya cuando estamos con esas dos piezas, el quincho está 50% operativo. Luego viene el horno, la campana. El quincho operativo si uno lo quiere usar está listo en 30 minutos”.

La felicidad del cliente

Todo negocio cerrado tienen como principal objetivo haber dado satisfacción a las necesidades del cliente. Por lo mismo, el norte de Izacar está marcado por ello, explica Navarrete: “El cliente no está pendiente del trabajo de los maestros, de comprar los materiales y eso. Es difícil que un maestro haga un quincho como los nuestros, por el tamaño, y a eso le damos énfasis, a que el quincho sea una sorpresa, un regalo que estará listo de inmediato”.

De hecho, Izacar tiene departamentos de ingeniería y arquitectura para apoyar y guiar a sus clientes, y así darles claridad en el uso de sus espacios.

La dedicación y profesionalismo, relata Navarrete, se da en “las visitas que se realizan antes de llevar un quincho. Medimos y entregamos planificaciones en 3D atendiendo de forma personalizada a cada cliente”. Cada quincho obedece a la singularidad de cada hogar, como se puede observar en su sitio web www.quinchosizacar.com, que también posee una versión en inglés.

Materiales amigables

Todos los quinchos están cortados con láser, es decir, son piezas que calzan perfectamente. En este caso, la terminación de un quincho es perfecta, no hay soldaduras feas ni malos cortes.

Para el revestimiento, recuerda Navarrete “se usa mucho la piedra, porque es el elemento más noble y más hermoso que existe en la naturaleza para revestir, y también se construyen los sueños con la tradicionalidad del ladrillo”.

Así, se usan dos elementos naturales, aunque siempre la última palabra la tendrá el cliente: “Podemos acomodarnos a los requerimientos del cliente, pero siempre asesoramos para que la persona quede feliz y satisfecha”, indica el gerente General de Izacar, Carlos Navarrete Riveros.