Frente a la complicada situación económica que vive el país, la salud mental se convierte en algo primordial, ya que se ve directamente afectada por el estrés que podrían provocar los problemas económicos.

En ese sentido y frente a la incertidumbre que depara el futuro global con respecto a la economía, el gerente general y fundador de la empresa de servicio de cobranza Remesa, Alberto Gerszencvich, entrega un análisis del panorama actual y tres claves para empezar el plan de recupero.

El especialista da tres consejos para seguir en esta crisis:

– Utilizar los beneficios estatales: Acógete al plan proempleo, disminuyendo al 50 por ciento la jornada laboral. De esta manera podrás dar un respiro a tus trabajadores, evitar despidos y podrás cumplir con tus compromisos. Otra recomendación es utilizar el crédito con aval del Estado, dado a conocer por el gobierno.

– Externaliza tu cobranza: Dejar en manos de otros esta tarea permitirá que se creen una buena gestión de cobranza, que mantenga a flote la economía de la empresa y ayude a recuperar tus flujos tras la crisis.

– Protege la cadena de pagos: Puede ser una tarea muy simple y a la vez muy compleja. Esto se genera únicamente estableciendo comunicación con tus proveedores, así como con tus clientes, generando un vínculo único y personalizado.

“Tanto proveedor como cliente deben contarse las condiciones en las que están, ver como se pueden ayudar mutuamente, uno entregando más materiales o insumos o servicios, sabiendo que el retorno será lento pero no seguro. Por otro lado, se debe administrar bien la caja, para poder entregarle al proveedor, algo de pago”, explica.

Alberto Gerszencvich describe el difícil momento que estamos viviendo, donde “desde comienzos de abril vemos mayores despidos y cesantía, utilizando un fondo finito, que en tres meses nos enfrentará a una situación peor”:

– Vamos a encontramos en una crisis en el entorno familia porque en tres meses los ingresos van a disminuir en un 70 por ciento. Primero bajarán en 30, 50 y finalmente 70.

– La economía siendo optimistas tendrá un crecimiento negativo de entre -2,5 y -5.

– Aunque la gente no lo crea, los servicios o negocios de primera necesidad no necesariamente están ganando. Esto debido a que el ingreso de los supermercados es acotado, y el consumo es sólo para necesidades básicas.

– En las farmacias se están consumiendo sólo los medicamentos de primera necesidad u obligación, pero ningún otro producto de los que acostumbran a vender.

– Hay un impacto en el dólar, el que se mantiene estable dentro de su inestabilidad, pero sigue siendo un elemento con efectos colaterales, porque nuestros productos son mayormente importados.

– Cobre está al mínimo en años, lo que ha significado suspensiones laborales por 3 meses y suspensión de proyectos por 3 o cuatro meses.

“Lo que sucede hoy es un shock, y a pesar del estado de la economía, debemos tratar de cuidar los fondos e invertir en poder pagarle al vecino o a nuestros proveedores, y mantener así la cadena de pagos, para de esa forma salir adelante, con nueva energía cuando este virus pase”, cree.