La venta, que también considera maquinaria y equipos forestales, no alcanzaría a las plantas de paneles ni los activos que la compañía tiene en el estado de Mato Grosso do Sul.

La compañía Celulosa Arauco y Constitución S.A., filial de Empresas Copec, dio a conocer que venderá parte de sus inversiones en Brasil a la sociedad Klabin S.A., radicada en aquél país.

Según detallaron desde la empresa chilena a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la transacción consta de aproximadamente unas 85 mil hectáreas útiles de plantaciones de pino y eucalipto, junto a un precio de compraventa acordada de US$1.160 millones, los que se pagarán al cierre del acuerdo.

Esto gracias a la venta acciones y derechos sociales que Arauco posee en Arauco Florestal Arapotí S.A. y Arauco Forest Brasil S.A., más su participación indirecta en Empreendimientos Florestais Santa Cruz Ltda. y Florestal Valde do Corisco S.A.

Tal operación no afectaría a las plantas de paneles en Brasil, ni a otros activos forestales ubicados en el estado de Mato Grosso do Sul, donde Arauco espera desarrollar el “Proyecto Sucuriú” y levantar una nueva planta de celulosa.

Arauco vende parte de sus inversiones en Brasil

Por otro lado, Klabin detalló que la compra de las áreas forestales, ubicadas en su mayoría en el estado de Paraná, incluye unas 31,5 millones de toneladas de madera en pie, juntos con maquinaria y diversos equipos forestales.

“Se ha estimado preliminarmente que, de producirse el cierre de la operación, esta tendrá un efecto positivo en resultados para 2024, por aproximadamente US$130 millones después de impuestos, por la venta de las acciones y derechos sociales en las Sociedades Forestales Brasileñas”, cierra el documento firmado por el vicepresidente Ejecutivo de Arauco, Matías Domeyko Cassel.

Para que se consolide la venta, deberá pasar por el escrutinio del Consejo Administrativo de Defensa Económica brasileño.

Durante octubre de este año, Arauco decidió desvincular a 300 trabajadores a nivel nacional en medio de su proceso de reorganización, lo que se sumó al cierre de la planta de celulosa Licancel, dejando sin trabajo a 163 trabajadores, y el cierre de Horcones 2 y la pérdida de 90 puestos de empleo.

Parte de estos despidos también se dieron por temas climáticos, dado que la planta Licancel se vio afectada tanto por la sequía como por las alzas del río Mataquito, siendo durante septiembre que, debido a una nueva subida del cauce, se determinó suspender “de manera indefinida la producción de celulosa” en aquella instalación.