El SVB permitió que miles de startups obtuvieran financiación y se convirtieran en historias de éxito, entre ellas, Spotify. Sin ir más lejos, varias tecnológicas chilenas también tenían cuentas y productos financieros en el -ahora- quebrado banco.

El ahora quebrado Silicon Valley Bank (SVB) apostaba por financiar a las empresas emergentes, tanto de Estados Unidos como de otras latitudes, en su mayoría del sector tecnológico o ligadas a la innovación.

El banco fue creado hace 40 años con ese objetivo: el de apostar por nuevas compañías que, en general, tenían problemas de acceso en otras entidades por temas de riesgo.

Así, el SVB permitió que miles de startups obtuvieran financiamiento y se convirtieran en historias de éxito. Por ejemplo, Spotify fue uno de sus clientes estrella.

Sin ir más lejos, firmas chilenas tenían cuentas en esta entidad. Entre ellas está Levita Magnetics, empresa de tecnologías médicas que fue creada en nuestro país y también tiene operaciones en Estados Unidos.

De acuerdo a Bloomberg su fundador, Alberto Rodríguez-Navarro, sólo tenían una parte minoritaria de sus dineros resguardados en el SVB, los que aún no ha logrado rescatar.

Fintual, administradora de fondos e inversión; Políglota, que ofrece una metodología de aprendizaje de idiomas; y Betterfly, que ofrece servicios de gestión para empresas y que en 2022 se convirtió en Unicornio, también eran clientes del banco californiano.

Por capitalización, el SVB era el decimosexto banco estadounidense.

Hay quienes apuntan a que su caída responde más a una mala gestión de su capital que a debilidades del sistema.

El desplome del SVB

SVB captó miles de millones en depósitos entre 2020 y 2022 gracias a la buena marcha de las tecnológicas durante la pandemia; y utilizó la mayoría de ese dinero en la compra de Bonos del Tesoro a largo plazo.

Con la crisis postpandemia y la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, que encareció el dinero, sus clientes aumentaron los gastos y ralentizaron el ritmo de sus depósitos.

Para hacer frente a la necesidad de liquidez de las empresas a las que servía, el SVB vendió Bonos del Tesoro sin madurar por 21.000 millones de dólares, lo que llevó aparejada una pérdida de 1.800 millones de dólares, que intentó compensar con una ampliación de capital.

Sin embargo, tras el anuncio de esta operación, sus acciones se desplomaron un 60% el jueves pasado, la captación de capital se frustró y muchos clientes retiraron sus fondos, lo que ahondó la caída de sus títulos el viernes y llevó a las autoridades a intervenir la entidad para evitar que la situación se agravara.

Ayer martes la agencia de medición de riesgo Moody’s rebajó su calificación sobre todo el sistema bancario de Estados Unidos de “estable” a “negativa” debido a un “entorno operativo que se deteriora rápidamente”.

Eso último, dijo, “luego de las retiradas de depósitos en Silicon Valley Bank (SVB), Silvergate Bank y Signature Bank (SNY) y las quiebras de SVB y SNY”.

No obstante, la agencia destacó el rápido actuar de las autoridades estadounidenses.

“Nuestro sistema bancario es seguro”

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a la calma a los norteamericanos, aseverando que el sistema bancario del país “es seguro”.

A su vez, remarcó que los clientes de Signature Bank y SVB tendrán sus depósitos.

Aseguró que pedirá al Congreso que se refuerce la legislación del sector, precisando que los contribuyentes no se harán responsables de las pérdidas generadas por la quiebra de los bancos.