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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado los tipos de interés en 0,25 puntos, situándolos en 4,25%, marcando el primer recorte desde marzo de 2016 en la Eurozona. También redujo la facilidad de crédito y la facilidad de depósito. Este ajuste se produce tras nueve meses de tipos estables debido a la mejora de las perspectivas de inflación y el crecimiento económico. A pesar de las presiones inflacionistas internas, el BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación y crecimiento económico. La decisión se da en un contexto de repunte de la inflación en la eurozona, con un aumento en mayo y un crecimiento del PIB en el primer trimestre.

El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado los tipos de interés en 0,25 puntos, hasta el 4,25%.

El Consejo de Gobierno del organismo, que se ha reunido este jueves en Fráncfort, Alemania, también ha decidido recortar en un cuarto de punto la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día-, hasta situarla en el 4,5%, y la facilidad de depósito -que remunera el exceso de reservas a un día-, hasta el 3,75%.

De esta forma, se concreta el primer recorte de tipos desde marzo de 2016 en la Eurozona, hace ahora ocho años, aunque entonces redujo el precio del dinero desde el 0,05% al 0%. Posteriormente, bajó la tasa de depósito en 0,10 puntos, hasta el -0,5%, en septiembre de 2019.

En cualquier caso, este es el primer descenso desde que comenzó su ciclo de endurecimiento de la política monetaria por la escalada de la inflación, con 10 subidas consecutivas entre julio de 2022 y septiembre de 2023, las que llevaron a mantener los tipos en su nivel más alto desde 2001.

BCE se adelanta a la Fed y reduce los tipos de interés

El BCE ha argumentado que, después de evaluar las perspectivas de inflación, la dinámica de la subyacente y la intensidad de la transmisión de sus decisiones a la economía, es “apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria tras nueve meses en los que los tipos de interés se han mantenido sin variación

Además, ha recordado que, desde su reunión de septiembre, la inflación ha descendido en más de 2,5 puntos y las perspectivas “han mejorado notablemente”, al tiempo que la subyacente se ha moderado y la política monetaria ha mantenido unas condiciones de financiación restrictivas.

No obstante, las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas “debido al elevado crecimiento de los salarios, y es probable que la inflación continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año”.

En este sentido, el organismo ha revisado al alza sus últimas previsiones de inflación de marzo, en dos décimas para 2024 y 2025, hasta el 2,5% y 2,2%, respectivamente, con lo que ha vuelto a retrasar a 2026, con un 1,9%, la consecución de su objetivo de estabilidad de precios

En el caso del crecimiento económico, ahora considera que el PIB aumentará un 0,9% en 2024, lo que supone tres décimas más que en marzo; mientras que en 2025 subirá un 1,4% (una décima menos) y en 2026, un 1,6% (misma cifra que en marzo).

El organismo ha tomado esta decisión en un contexto de repunte de la inflación en la eurozona, después de que aumentara en dos décimas en mayo con respecto a abril, hasta el 2,6%; mientras que la subyacente -que excluye los precios de la energía y los alimentos frescos por ser más volátiles- subió en la misma medida, hasta el 2,9%.

A ello se suma que los salarios negociados en la eurozona crecieron un 4,69% en el primer trimestre, al tiempo que el PIB de la región superó la recesión técnica al aumentar un 0,3% entre enero y marzo.