El Consejo Fiscal Autónomo concordó con ajustes y cálculos realizados por el actual Gobierno, pero sugirió "prudencia" ante algunas proyecciones que -a su juicio- tienen "un sesgo optimista".

El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) publicó el informe número 10 sobre Balance Estructural (BE), regla que guía la conducción de la política fiscal y, por tanto, determina el nivel de gasto público para cada año.

Si bien en el documento el Consejo concordó con ajustes y cálculos realizados por el actual Gobierno- a través del Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres)- sugirió “prudencia” al futuro gobierno de Gabriel Boric ante algunas proyecciones que calificó como “optimistas”.

El análisis del CFA determinó que la metodología y los procedimientos utilizados para el cálculo del ajuste cíclico de los ingresos efectivos para 2021 y 2022 realizados por la Dipres “se ajusta a la normativa vigente, a las referencias del cobre y del Producto Interno Bruto (PIB) tendencial”.

Según el CFA, el déficit fiscal estructural de 11,4% del PIB en 2021 es el más elevado desde que se aplica la regla de BE e implica un desvío respecto de la meta de 4,7% del PIB fijada mediante el Decreto Nº 1.579 de septiembre de 2020.

Esto se explicó en gran parte, dijo el CFA, “por las medidas extraordinarias producto de la pandemia“. También destacó que la reducción del déficit efectivo para 2021 respecto de lo proyectado en el informe del tercer trimestre de 2021 (7,6% del PIB versus 8,3%) obedeció en gran medida a factores cíclicos.

“Como resultado, la deuda neta habría alcanzado 30,8% del PIB en 2021, su máximo desde 1992, mientras que la deuda bruta habría llegado a 36% del PIB en igual periodo”, detalló el Consejo.

“Prudencia”

Para 2022, la Dipres proyectó para el balance estructural un déficit de 2,8% del PIB, menor al 3,9% comprometido para este año en el decreto que fija las bases de la política fiscal de la actual administración, explicó el CFA en su reporte.

Asimismo, la proyección de la Dipres para el balance efectivo “muestra un menor déficit respecto a la estimación previa, pasando de 2,8% del PIB en el IFP del tercer trimestre de 2021, a 1,0% del PIB en el IFP del cuarto trimestre de 2021”.

En ese sentido, para el CFA las cifras de balance efectivo y estructural proyectadas para 2022 representan una mejora para el proceso de consolidación fiscal. Sin embargo, el organismo estima que “éstas se dan en un contexto de parámetros estructurales estables y supuestos para el crecimiento del PIB efectivo y la demanda interna mayores a las expectativas de consenso”. En base a esto último, el CFA “sugiere que dichas mejoras sean interpretadas con prudencia por las nuevas autoridades fiscales”.

El Consejo también se refirió a la estimación del Ministerio de Hacienda para el crecimiento del PIB en 2022, que pasó de 2,5% a 3,5%: “Los supuestos de crecimiento económico para este año, así como los de crecimiento de la demanda interna (que pasó de 1,7% a 2,6% para 2022), se encuentran por sobre las expectativas de consenso al considerar instituciones y organismos como el Banco Central de Chile, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre otros”.

Así, “la evolución de la economía local en 2022 estimada por el Ministerio se caracteriza por un sesgo optimista frente a otras proyecciones”, planteó el CFA.

En esa línea, el organismo autónomo agregó que “en la conducción de la política fiscal se debe tener especial cautela con estimaciones del PIB marcadamente por encima del consenso, como ocurre para 2022, ya que potencialmente estas pudiesen entregar un balance fiscal muy distinto del que finalmente se concrete”.

Por último, el Consejo reiteró en su informe la importancia de mantener la regla del BE como guía de la política fiscal e insistió en que a partir de 2022 se materialice el inicio de un proceso de consolidación fiscal compatible con la sostenibilidad de las finanzas públicas.

En ese sentido, dijo que el Presupuesto 2022 aprobado por el Congreso es un primer paso en la dirección de iniciar una senda de convergencia.