La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) bajó brutalmente su tasa de referencia a cero el domingo, como Donald Trump venía pidiendo desde hace meses, para tranquilizar a un mercado fuertemente afectado por las consecuencias para la economía estadounidense de la epidemia del nuevo coronavirus, sin siquiera esperar a su reunión monetaria planificada para la semana próxima.

Al mismo tiempo, el banco central participaba en una acción concertada para garantizar que el mundo no se quede sin dólares el lunes.

El domingo por la noche, la FED anunció la decisión de reducir las tasas en un punto porcentual, para volver a ubicarlas en un rango de entre 0 y 0,25%.

“Los efectos del coronavirus pesarán en la actividad económica a corto plazo y plantearán riesgos para el panorama económico”, dijo en un comunicado.

Trump, que ha estado pidiendo este recorte durante meses, inmediatamente felicitó a la FED en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. “Me hace muy feliz. Y quiero felicitar a la Reserva Federal”, dijo.

“Estas son realmente buenas noticias, son realmente buenas para nuestro país”, agregó, y afirmó que Estados Unidos es “por lejos el país más fuerte del mundo”.

“No sé si esto (una decisión de este tipo, NDLR) alguna vez ocurrió un domingo. Pero creo que mucha gente en Wall Street estará muy feliz”, agregó el presidente estadounidense.

La Reserva Federal ha aclarado que mantendrá las tasas dentro de este rango hasta que termine la crisis.

Solo una participante de la reunión, Loretta J. Mester, presidenta de la Reserva Federal de Cleveland, votó en contra de esta acción, inclinándose por una reducción menor.

El sorpresivo recorte de la tasa de referencia se tomó pocos días antes que el comité monetario habitual de la FED se reuniera, el martes y miércoles, un encuentro finalmente cancelado.

Es la segunda vez desde principios de marzo que la FED decide una reducción sorpresiva, lo que no había hecho desde la crisis financiera de 2008.

La reducción de la tasa de referencia, que rebaja el costo del crédito y, por lo tanto, estimula el consumo, apunta a respaldar la economía, pero nada dice que será efectiva en la lucha contra esta crisis sin precedentes.

Acción mundial

El rumor sobre una posible acción de la FED para tranquilizar a los mercados antes de la apertura del lunes por la mañana había corrido todo el fin de semana, y más después de que Wall Street cerrara el jueves su peor día desde la caída del mercado de valores de octubre de 1987.

La pandemia amenaza el crecimiento de Estados Unidos, pero el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo el domingo que no espera una recesión en su país, sino simplemente una “desaceleración”, a pesar de numerosos pronósticos de los economistas.

El presidente de FED, Jerome Powell, advirtió por el contrario de que es probable que la economía del país sufra el impacto del coronavirus en el segundo trimestre.

La actividad entre abril y junio será “débil” y la posibilidad de recesión este año dependerá de cuánto se tarde en contener la pandemia, manifestó Powell en una conferencia, en la que aseguró que las tasas de interés negativas no son apropiadas para la situación actual del país.

La FED participó además este domingo en una acción concertada a nivel mundial para garantizar que haya suficiente liquidez el lunes.

La operación, que apunta a garantizar una disponibilidad suficiente en dólares estadounidenses en el mercado, involucra a la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y los bancos centrales de Japón, el Reino Unido, Canadá y Suiza.

La FED también anunció la compra de 500.000 millones de dólares en letras del tesoro y 200.000 millones en valores hipotecarios.

Ante el pánico, había inundado los mercados de liquidez durante toda la semana, aportando varios miles de millones de dólares, y reanudado las operaciones de compra de deuda estadounidense a través de letras del Tesoro.

Los observadores vieron de inmediato el regreso de una herramienta utilizada para combatir la crisis de 2008: la quantitative easing (QE) o flexibilización cuantitativa, descrita por los analistas de Barclays como “un bazooka de liquidez”.

Desde la última reunión monetaria de la Fed, la cara de la economía estadounidense y mundial ha cambiado por completo.

Lo que a fines de enero era solo un riesgo con consecuencias aún muy inciertas, hoy puede doblegar la economía mundial.

El jueves, el Banco Central Europeo, en respuesta al coronavirus, no modificó sus tasas, pero presentó un arsenal de medidas técnicas, y consideró que la respuesta primero debe provenir de los gobiernos. El Banco de Inglaterra bajó sus tasas del 0,75 al 0,25% y el de Canadá ordenó un recorte de medio punto.