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Perú está cerca de adquirir cazas F-16 Block 70/72 de EE. UU., cambiando el equilibrio regional y preocupando a países como Chile. Perú consideró Rafale y Gripen, pero el alto costo y dependencia regional los descartaron. La transparencia en este proceso es clave. Expertos piden respetar la elección de las Fuerzas Armadas peruanas. El F-16 destaca por su modernización y eficacia operativa. La adquisición de los F-16 aumentaría la interoperabilidad y modernizaría la defensa peruana.
El gobierno peruano tiene en la mira el F-16 Block 70/72, el mismo jet estadounidense que ya vuela en América del Sur bajo insignias de fuerzas como la chilena, pero más moderno. Negociaciones avanzan con miras a transformar el perfil estratégico de la Fuerza Aérea y establecer nuevas alianzas regionales.
La carrera por modernizar la defensa aérea en Sudamérica entra en una fase decisiva. En ese contexto, Perú está a punto de inclinarse por adquirir una escuadrilla de cazas F-16 Block 70/72 de Estados Unidos, según informó Perú21, medio que accedió a documentos y testimonios de alto nivel vinculados al proceso.
La adquisición que cambiaría el balance estratégico regional, especialmente para países como Chile, que opera este modelo desde hace años.
La Fuerza Aérea de Chile consolidó su supremacía al adoptar el F-16, un avión polivalente estadounidense, durante la última década. Esta nave es considerada una de las más fiables en su categoría, y la decisión chilena de integrar este caza ha servido de precedente para otros países sudamericanos.
Ahora, el giro del Perú hacia la misma plataforma genera expectativas y aumenta el grado de atención sobre la evolución del equilibrio militar en la región.
De acuerdo con investigaciones del citado medio, el Ministerio de Defensa peruano, bajo su nueva administración, ha puesto en pausa las negociaciones previas que favorecían alternativas europeas, como el Gripen sueco y el Rafale francés.
Trabajos recientes realizados por el portal resaltan la fuerte presión interna para alcanzar mayor transparencia en el proceso, en contraposición al secretismo que caracterizó etapas anteriores.
Decisión pragmática
El jefe de la Unidad de Investigación de Perú21, Óscar Quispe, explicó: “Las nuevas autoridades del Ministerio de Defensa se vienen preocupando precisamente por eso, por la transparencia. La actual gestión de la Comandancia General de la FAP también, entiendo que está preocupada por la transparencia, porque este es un proceso histórico para el Perú”.
El alto costo de los Rafale y la reciente compra de los Gripen por parte de Colombia motivaron al Gobierno peruano a analizar opciones que ofrecieran mayor rendimiento, costo operativo contenido y soporte de largo plazo.
La oferta presentada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos incluye un paquete inicial de doce F-16 Block 70/72, con posibilidad de ampliar la flota a veinticuatro, según fuentes oficiales.
Las especificaciones técnicas del modelo F-16, reportadas por Perú21 en cita a Lockheed Martin, incluyen radar AESA de última generación, cabina digital modernizada, sistema automático de prevención de colisiones y una vida estructural estimada en 12.000 horas de vuelo.
Gripen y Rafale
El proceso peruano contempló inicialmente propuestas de la empresa sueca Saab para adquirir el Gripen E/F, un avión cuya transferencia tecnológica y ensamblaje sería realizado en Brasil, como en el caso colombiano.
Esta característica, según algunos sectores de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), abriría una situación sensible: “dependencia de un vecino para sostener su defensa aérea”.
Además, se señala que la adquisición por parte de Colombia motivó inquietud en Lima, tanto por el precio final como por las investigaciones posteriores a la compra sobre posibles sobreprecios.
El Dassault Rafale F4, por su parte, fue considerado una aspiración para otro sector de la FAP, pero su precio unitario superior a los 250 millones de dólares, junto al alto costo de mantenimiento, colocó al modelo francés fuera del alcance presupuestal.
El análisis
En diálogo con El Montonero, el mayor general FAP César Torres Vega, especialista en defensa y seguridad hemisférica, pidió respetar la decisión final de las Fuerzas Armadas peruanas.
“Tenemos que respetar las propuestas de los expertos, porque son los que van a ir a la guerra, son los que van a utilizar los medios. Entonces, que no suceda como pasó en la época del presidente Alan (García), en que los expertos llegaron a proponer que se deberían comprar veinticuatro sistemas de armas y entró la política y dijo: ‘No, vamos a comprar doce sistemas, aviones y no sistemas de arma’”.
El general retirado resaltó la importancia de un análisis exhaustivo y del modelo científico empleado por la Fuerza Aérea en su evaluación, que considera la eficacia operativa a largo plazo por encima de coyunturas políticas.
Para Torres Vega, la función principal de un caza moderno no solo recae en su poder de combate, sino en la capacidad de integrarse a un ecosistema de defensa sofisticado que incluya radares avanzados, aviones de alerta temprana (AWACS) y tanqueros.
Sobre el F-16 Block 70, enfatizó: “Tiene una escalabilidad en la modernización. No se olvide que estas son versiones modernizadas. Es un avión multirrol moderno”. Además, advirtió sobre la importancia de las condiciones de infraestructura nacional para operar adecuadamente estos aviones, al señalar que su fragilidad ante objetos extraños en pista exige bases aéreas preparadas.
Influencia regional
La adquisición por parte de Colombia del Gripen E incluyó ensamblaje en Brasil y transferencia tecnológica, factores que aparentemente incrementaron los costos y generaron inquietudes en torno a la dependencia estratégica regional.
A nivel de interoperabilidad, la compra peruana del F-16 permitiría elevar la integración de la defensa nacional a estándares más sólidos de colaboración militar, como los practicados por Estados Unidos y los miembros de la OTAN.
Por otra parte, ambos modelos actualmente en operación en Perú —el Mirage 2000 de Francia y el MiG-29 ruso—, han agotado su vida útil y requieren reemplazo inmediato.
La decisión peruana de optar por los F-16 se perfila como un giro hacia una matriz de alianzas más orientada a occidente, tras décadas de dependencia de equipos rusos.
“El gran problema del material ruso es su logística, ¿no? Tiene una logística muy complicada. A diferencia de lo occidental, que es una logística ágil”, remarcó Torres Vega.
El acuerdo aún debe ser oficializado por el gobierno peruano. Sin embargo, documentos citados por Perú21 indican que se busca cerrar la negociación antes de que finalice el año, bajo el argumento de una necesidad urgente de modernizar la defensa aérea y fortalecer alianzas estratégicas con actores claves.
BioBioChile conoció que se tiene pensado firmar el contrato con el país elegido a mitad del 2026, por lo que el Perú ya entró en la recta final para tener estos modernos cazas sobrevolando su cielo.
La elección, pendiente de una última revisión técnica y política, marcará la capacidad disuasiva del país durante las próximas décadas, sumando al Perú a la selecta lista de naciones sudamericanas equipadas con cazas de referencia internacional.
