Pescadores del archipiélago de Juan Fernández acusaron una aguda crisis en la venta de langostas desde el territorio insular hacia el mercado asiático, amenazando con movilizaciones y exigiendo soluciones al Ministerio de Economía.

La especie no se está exportando a China, donde normalmente se envía el 85% de la producción por temporada de pesca, que va desde el 1 de octubre al 15 de mayo.

Sin duda, la estadística que más describe el escenario de crisis, es el 70% de la actividad productiva de las islas Robinson Crusoe y Alejandro Selkirk.

El precio de la langosta en la isla comenzó a subir el 2013. En ese año, su precio era de 11 mil pesos y, a fines del 2016, llegó a los 17 mil pesos. Desde entonces ha experimentado una fuerte baja, generando una presión tan fuerte que el gigante asiático dejó de comprar el producto.

Andrés Salas, pescador de Robinson Crusoe, planteó que están esperando la respuesta a sus peticiones, que está siendo gestionada por concejales de la comuna, reconociendo que si no hay resultados, se movilizarán.

Si no tenemos respuestas de aquí a un tiempo más, está claro que movilizaciones es lo que demandan no más.
- Andrés Salas, pescador de Robinson Crusoe

En el archipiélago hay nueve mil langostas aposadas en la bahía sin poder ser trasladadas al continente, y necesitan que el Ministerio de Economía colabore con acciones concretas para vender el producto y activar la pesca de la isla.

Al respecto, el isleño Pablo Manríquez, ingeniero pesquero y con magíster en Ciencias, planteó que el Estado podría subvencionar los costos de traslado y venta de las langostas, para paliar la crisis.

“Lo primero que hay que hacer es venderlas al mejor precio que podamos, ya sabemos que el precio bajó, a corto plazo tenemos que venderlas”, aseguró.

Por su parte, el seremi de Economía, Javier Puigross, confirmó que hace un par de semanas están en conocimiento de la problemática y, se reunió con representantes de la municipalidad y los productores de langosta.

Puigross indicó que ya se están realizando gestiones para abrir nuevos mercados a los que venden langostas, y pensar en soluciones a mediano plazo, considerando que los pescadores quieren ser capacitados para eliminar los intermediarios y abaratar los costos.

Actualmente, las líneas aéreas cobran 4 mil pesos por sacar una langosta, y estiman que si el Estado pudiese colaborar con la mitad de esa cifra por producto, amortiguaría la relación costo-beneficio para los pescadores.

Otro de los caminos que proponen, es realizar capacitaciones de comercialización para poder evitar intermediarios de venta y abaratar los gastos, advirtiendo que los problemas para exportar langostas están desencadenando una crisis estructural del funcionamiento de Juan Fernández.