El dispositivo registrará los cambios de la Tierra, que quedarán almacenados en caso de que esta sea destruida por el cambio climático.

Este año, científicos australianos construirán un monolito para captar los datos de la Tierra en el marco de la lucha contra el cambio climático, el dispositivo, será similar a la caja negra de un avión.

Los expertos levantaron este proyecto hace dos años, para recopilar información sobre cómo evoluciona la problemática del cambio climático y qué se hizo, o no, para lidiar con ello.

La estructura medirá poco más de 9 metros y estará hecha de acero, con discos duros en su interior para documentar el cambio climático y tener una visión imparcial de los próximos acontecimientos que, según el consenso científico, podrían terminar destruyendo al planeta.

“La caja negra registrará cada paso hacia esta catástrofe. Cientos de conjuntos de datos, mediciones e interacciones relacionadas con la salud de nuestro planeta“, recoge el sitio web de esta iniciativa.

¿Para qué es la “caja negra” de la Tierra?

Los científicos esperan que, en caso de no lograr mitigar el cambio climático, los datos quedarán reservados para generaciones futuras que podrán analizarlos y obtener una mejor perspectiva de la problemática, con evidencia empírica.

La caja además estará equipada con paneles solares desde donde obtendrá energía, así, descargará datos del ambiente, como niveles y temperaturas del mar, dióxido de carbono en la atmósfera, extinción de especies, cambios en el uso de la tierra en diferentes lugares del mundo, entre otros.

Asimismo, contará con un algoritmo que recopilará material de Internet relacionado con el cambio climático, como titulares de prensa y contenido de redes sociales.

Earth’s Black Box, como se llama el proyecto en inglés, está dirigido por la compañía australiana Clemenger BBDO y expertos de la Universidad de Tasmania. De acuerdo con The Science Times la construcción del monolito comenzará finalizará este mismo año.

Por el momento, no se conoce la ubicación exacta de la caja, pero los científicos planean instalarla a cuatro horas de Hobart, en Tasmania. Inicialmente, la caja se iba a construir en 2022, pero se retrasó para 2024.