¿Qué tan probable es que surja un "litio sintético" o una alternativa -como se habla ya del sodio- que arruine las esperanzas puestas por el país en el litio y nuestra futura relevancia en el mercado de la electromovilidad? Según los especialistas, la posibilidad no se vislumbra en el corto plazo, lo que no hace menos relevante que a nivel nacional se invierta más en investigación y desarrollo de tecnologías para dejar de ser un país estrictamente limitado a lo extractivo.

El litio es diferente del salitre. Mientras que éste último era un compuesto de nitrato de potasio (KNO3) y nitrato de sodio (NaNO3), el litio es en sí mismo un elemento, de forma que un escenario como el ocurrido hace más de 90 años con el salitre sintético no se repetiría de la misma forma… pero ello no es motivo para bajar la guardia, pues repetir los errores del pasado y pagar las consecuencias aún es posible.

Actualmente Chile está en el corazón de la carrera por el litio, un mineral no metálico clave en la industria de la electromovilidad y el desarrollo de baterías. Se habla del futuro de los automóviles eléctricos, y de un potencial protagonismo del país y sus reservas en este mercado.

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Nuestro país es el segundo productor mundial de litio, por detrás de Australia, pero Argentina podría ganar posiciones en los próximos años y dejarlo atrás. En 2022 hubo ventas de carbonato de litio al exterior por 7.763 millones de dólares, un explosivo aumento de 777% respecto de 2021, según el Banco Central. Con ese desempeño, el carbonato de litio superó al salmón, hierro y cerezas en la canasta exportadora chilena.

También se han evidenciado temores, derivados de la histórica dependencia hacia la explotación del del cobre y, mucho antes, con el salitre y la crisis gatillada cuando Alemania desarrolló su propia versión sintética de dicho compuesto.

Asimismo, se ha referenciado el sodio como un mineral aún más abundante -también presente en Chile- y que comparte varias características con el litio.

¿Es posible un escenario como el del “litio sintético”?

Según los especialistas, si bien aún no se divisa una alternativa al litio que nos “saque de la carrera” en el corto plazo como ocurrió con el salitre en 1930, sí es importante dar pasos hacia un nuevo modelo que deje de enfocarse meramente en lo extractivo.

En palabras de la doctora en ingeniería metalúrgica y docente de la Universidad de Concepción, Eugenia Araneda, “hay muchos mitos en ese sentido, pero si bien hay mucho desarrollo e inversión, llegar a algo que sea aplicable a nivel industrial no es algo que lleve poco tiempo”.

Recalca que “si bien hay muchas investigaciones en estos momentos” dedicada no solo a buscar alternativas al litio, sino también a crear mejores baterías de dicho material, “no se ve en el corto plazo algo que pueda reemplazarlo”.

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En este momento a nivel académico, indica, se está en una encrucijada, siendo exploradas nuevas formas de trabajar el mineral, y no solo en Chile, sino también en varios otros países y potencias. Todo esto teniendo en mente la transición energética que se espera concretar para 2050, dejando atrás los combustibles fósiles.

Pero todo ello “toma mucho, mucho tiempo y mucha inversión”.

En cuanto a las potenciales alternativas, sostiene, “todo el mundo habla de las de sodio, pero eso todavía está en un desarrollo muy incipiente y no se ve en el corto plazo un desarrollo a nivel industrial como son las de litio, las de aire y litio, o las de azufre y litio”.

De hecho, recalca que mientras el uso industrial de las baterías de sodio está ‘en pañales’, las baterías de litio ya se está trabajando con versiones de “segunda generación que no usan ion-litio sino litio metálico y que tienen mejor rendimiento y varias características que son más ventajosas”.

No ‘pajaronear’ con el litio

Por su parte el doctor en química y académico de la Universidad de Santiago, Domingo Ruiz, considera que si bien no se vislumbra una alternativa al litio en pocos años en el área de la electromovilidad, es importante que el país refuerce su inversión en investigación y desarrollo para no repetir los errores del pasado.

“Yo creo que este es el mejor recordatorio y el mejor tirón de orejas para un país como el nuestro. Por no invertir en investigación y desarrollo, siempre vamos llegando tarde a todo. En lo que es política del litio tenemos 13 años de retraso, que no es poco”, recalca el especialista en baterías de este material.

“Ahora se les cruzó el solio, y alguien se acordó de que parece que parece que podemos perder importancia a nivel mundial”.

Asimismo, advierte que “no es una cosa que esté a la vuelta de la esquina, eso ya llegó, ya las baterías de sodio existen de los años 70, no son nuevas y tienen algunas ventajas respecto a las baterías de litio”. Por ejemplo, éstas se descargan más rápido en zonas donde predominan temperaturas más bajas, siendo las de sodio más estables bajo dichas condiciones.

Sin embargo, matiza, el litio todavía es una mejor alternativa debido a que “si tú quieres echar a andar un auto eléctrico a punta a baterías de sodio, no te va a funcionar. Y eso es porque le tienes que agregar mucha más cantidad de peso en baterías, que lo que harías respecto al litio, porque el litio tiene mayor cantidad de energía que el sodio”.

Esa diferencia hace inviable comercialmente estos automóviles, que son el principal impulso que actualmente tiene el mercado del litio.

“Entonces, lo que está haciendo China son híbridos entre baterías de sodio y de litio, conjugando las ventajas de esta mejor resistencia a la descarga frente a la baja temperatura que tiene el sodio y la mayor energía que tiene el litio. Pero eso es una tecnología que ya está a la vuelta de la esquina”, anticipa Ruiz. “Eso no significa que vayamos a quedar fuera de la carrera ahora ya inmediatamente, no es que no es que esto se acabe mañana, pero efectivamente ya es una carrera que que se viene corriendo hace rato y nosotros sentados en los laureles”.

Por ello, destaca, “hay que invertir en investigación y desarrollo, porque si no tenemos un plan B, cuando salga una mejor alternativa real, se nos va a caer el negocio a pedazos”.

“Ese es el problema que tiene Chile, que vive anclado en vender materia prima, el carbonato de litio grado batería tiene valor agregado, pero no hemos dado ningún salto significativo en el desarrollo de tecnología”, cuestiona en este sentido. “Cuando Alemania descubrió el salitre sintético, se acabó, nos quebró la economía. Fue así de simple. Eso nos pasó por estar pajaroneando“.