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María Benito, una paciente de 66 años con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), falleció tras el retiro voluntario de medidas de soporte vital que la mantenían con vida, conforme a su voluntad y previa sedación paliativa, rodeada del amor de su familia. Este procedimiento médico se realizó en cumplimiento de la sentencia de la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima, que ordenó a EsSalud respetar su decisión de rechazar tratamientos médicos que prolongaban su vida artificialmente y la hacían sufrir. María Benito, paralizada y sin poder hablar a causa de la ELA, solicitó la desconexión del ventilador artificial, enfrentando una negativa inicial de EsSalud. Tras un proceso judicial de cinco meses, finalmente logró hacer cumplir su deseo. Sus últimas palabras en una misiva reflejaron su agradecimiento y su deseo de que todos tengan acceso a una muerte digna.

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María Benito, una paciente de 66 años que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), falleció el pasado viernes, tras el retiro voluntario “de medidas de soporte vital” que la mantenían con vida, según informó su abogada Josefina Miró Quesada Gayoso, a través de un comunicado.

En ese sentido, según se indicó, ella murió “previa sedación paliativa”, rodeada “del amor de su familia, y partió durmiendo, conforme a su voluntad”.

En cumplimiento de sentencia de la Corte Superior

En el comunicado, se precisó que dicho procedimiento médico fue “en cumplimiento de la sentencia firme emitida por la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima, que en febrero del 2024 ordenó a EsSalud a respetar y garantizar la decisión libre e informada de María de rechazar los tratamientos médicos que prolongaban artificialmente su vida y la hacían sufrir en demasía”.

“El pedido de María siempre estuvo amparado en la Ley General de Salud, su reglamento y el Código de Ética Médica. La sentencia a su favor ratificó que rechazar un tratamiento médico -incluido si es de soporte vital- es parte de un derecho fundamental. María tuvo que afrontar un proceso judicial innecesario frente a la negativa infundada de EsSalud de respetar su decisión. Tras cinco meses de litigio, este proceso finalmente le dio la razón”, refiere el pronunciamiento.

Según indicó Miró Quesada, “el derecho a rechazar tratamientos médicos es una forma de adecuación del esfuerzo terapéutico; una práctica médica que se aplica cuando un tratamiento ya no es beneficioso para una persona y, por el contrario, le genera sufrimiento”.

“Permite a una persona no iniciar o suspender un tratamiento para que su enfermedad siga su curso, incluso si ello desemboca en una muerte natural”, agregó.

En ese sentido, la jurista precisó que se trata de un procedimiento distinto a la eutanasia.

“Esta es una opción distinta a la eutanasia -aplicación de una sustancia letal que causa la muerte a solicitud del paciente-, pero también una forma de ejercer el derecho a una muerte digna, y es legal en el Perú”.

¿Cómo afectaba la enfermedad a María Benito?

María Benito Orihuela era natural de Huancayo, y en el 2014 fue diagnosticada de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa incurable del sistema nervioso que destruye el cerebro y la médula espinal provocando una parálisis progresiva.

Debido a ello, se encontraba completamente paralizada y no podía hablar. La única parte del cuerpo que podía mover eran los ojos, lo que le ayudaba a comunicarse usando un programa especial de computadora.

Sin embargo, en los últimos meses, ella sentía que también se le estaban debilitando los músculos de los ojos. Por eso, redactó un documento de apoyo y salvaguarda a futuro donde recogía sus deseos sobre el final de su vida en una figura legal que se llama estamento vital o voluntad anticipada.

Ante el avance de su enfermedad, María Benito pidió la desconexión del ventilador artificial que, en ese momento, la mantenía con vida. No obstante, EsSalud negó su pedido aduciendo que los profesionales médicos están prohibidos de actuar de forma activa para producir la muerte de un paciente.

Finalmente, tras el fallo a su favor de la Corte Superior de Lima, María Benito pudo hacer cumplir su voluntad. Según indicó su abogada, sus últimas palabras quedaron plasmadas en una misiva en agradecimiento a las personas que la acompañaron a lo largo del proceso judicial.

“Hoy quiero que sepan que todos tenemos derecho a acceder a esto, nadie sabe qué pasará en la vejez, pero ya saben que no tienen que sufrir ni hacer sufrir a su familia. Yo amo a la vida, pero en estas condiciones, no. Sé que no todos están de acuerdo, pero comprendo. Pido al Divino que sean muy felices y que los bendiga”, indicó.

“Me voy contenta porque cumplí parte de mis sueños y proyectos. Dejo de legado a dos hijos maravillosos, nietos y bisnietos”, puntualizó.