Tres personas parapléjicas con lesiones medulares recuperaron parcialmente la capacidad de caminar gracias a un innovador tratamiento experimental.

Se trata de una terapia que combina estimulación eléctrica de la médula espinal con una serie de ejercicios de rehabilitación.

Las conclusiones de estos casos, los primeros de parapléjicos que recuperan la facultad de caminar, fueron publicados por dos investigaciones diferentes, una de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota), y otra de la Universidad de Louisville.

Jered Chinnock es un joven que resultó parapléjico en 2013 a raíz de un accidente de motonieve que dañó su médula espinal en la mitad de la espalda. No podía ni moverse ni sentir por debajo de la lesión.

Tres años después del infortunio, los cirujanos de la Clínica Mayo le instalaron un implante con un electrodo en el espacio peridural por debajo de la zona afectada de su columna vertebral. Este electrodo, unido a un estimulador implantado en la región abdominal, tenía una conexión inalámbrica con un mando externo.

El hombre, que hoy tiene 29 años, tuvo sesiones combinadas de estimulación eléctrica y ejercicios físicos durante 43 semanas. Al cabo de solo dos semanas, bajo estimulación eléctrica podía levantarse y dar unos pasos sostenido por un arnés.

Tal como recoge la agencia de noticias Agence France-Presse, durante 113 sesiones de entrenamiento repartidas en un año, los científicos de la Clínica Mayo y de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ajustaron los ejercicios para ofrecer la mayor independencia al paciente.

De este modo, el joven parapléjico logró caminar sin arnés, apoyándose a un andador o aferrándose a unas barras sobre una cinta rodante.

En total, en un año, logró recorrer 102 metros, es decir el equivalente a la longitud de un campo de fútbol, precisa el estudio dirigido por los doctores Kristin Zhao y Kendall Lee.

Eso sí, a pesar de los éxitos obtenidos durante el estudio, “el paciente sigue llevando a cabo su vida diaria en silla de ruedas”, señaló Zhao.

En cuanto se paraba la estimulación eléctrica, el hombre volvía a su estado de parálisis inicial, y no recuperó ninguna sensación corporal.

A diferencia de Chinnock, los otros dos pacientes retenían cierta capacidad sensorial en sus piernas. Ambos casos fueron publicados el lunes en The New England Journal of Medicine (NEJM).

Una de estas pacientes tenía 22 años cuando recibió el implante, y siguió el tratamiento durante poco menos de cuatro meses en Louisville, Estados Unidos.

Gracias a la terapia, pudo dar pasos con la ayuda de un andador o apoyándose de las manos de los fisioterapeutas.

Por su parte, el otro paciente comenzó el tratamiento a los 34 años. Luego de casi 20 meses de rehabilitación, pudo caminar con un andador.

Los expertos administraron en estas dos personas el mismo tratamiento que se aplicó con Chinnock en la Clínica Mayo. No obstante, aunque sí recuperaron cierta capacidad para mover los músculos de las piernas, no han podido articular los movimientos para caminar.

El proceso no ha estado exento de algunos riesgos. De hecho, uno de los pacientes sufrió una fractura en su cadera mientras llevaba a cabo el entrenamiento, por lo que los médicos se vieron en la obligación de suspenderlo.

Según explicaron los especialistas, estos resultados refuerzan la idea de que “algunas funciones que se creían definitivamente perdidas” podrían reactivarse gracias a las nuevas tecnologías.