El exoplaneta GJ 9827d, descubierto en 2017, es el más pequeño fuera de nuestro Sistema Solar, pero es más grande que la Tierra. Su estudio es importante para caracterizar mundos similares a nuestro planeta.

El telescopio espacial Hubble detectó vapor de agua en la atmósfera de un exoplaneta, que sería el más pequeño fuera de nuestro Sistema Solar, un “descubrimiento histórico” que acerca a la astronomía un paso más a la caracterización de planetas similares a la Tierra.

El pequeño exoplaneta GJ 9827d, descubierto en 2017 por el telescopio espacial Kepler, posee aproximadamente el doble del diámetro de la Tierra y orbita alrededor de una estrella enana roja situada a 97 años luz en la constelación de Piscis, según informaron el jueves en un comunicado la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).

El equipo detrás del hallazgo está examinando dos escenarios: o bien el planeta es un “mini-Neptuno” con una atmósfera rica en hidrógeno mezclada con agua, o es una versión más caliente de la luna Europa de Júpiter, que bajo su corteza contiene el doble de agua de la Tierra.

“El planeta GJ 9827d podría ser mitad agua y mitad roca. Y podría haber mucho vapor de agua encima de algún cuerpo rocoso más pequeño”, afirma Bjorn Benneke, de la Universidad de Montreal, codirector de la investigación.

“Hasta ahora, no habíamos podido detectar directamente la atmósfera de un planeta tan pequeño. Y ahora estamos entrando poco a poco en este régimen”, añadió.

Trabajo posible gracias al Hubble

Durante un periodo de tres años, el telescopio Hubble estuvo observando el planeta por 11 transitorios, o eventos en los que cruzaba por delante de su estrella.

Durante estos movimientos, la luz de la estrella se filtra a través de la atmósfera del planeta, lo que permitió a los astrónomos utilizar los instrumentos del Hubble para analizar los patrones de colores (longitudes de onda), que revelaron la firma reveladora de las moléculas de agua.

Vapor de agua en un exoplaneta inhabitable

Aunque GJ 9827d tuviera una atmósfera rica en agua, su temperatura de 425 grados centígrados, similar a la de Venus, lo convertiría en un mundo de vapor inhabitable.

No obstante, el descubrimiento del Hubble allana el camino para futuros estudios de este y otros exoplanetas similares, especialmente por parte del telescopio espacial James Webb, que puede utilizar sus imágenes infrarrojas de alta resolución para buscar más moléculas atmosféricas, como dióxido de carbono y metano.

El agua en un planeta tan pequeño es un descubrimiento histórico. Nos acerca más que nunca a la caracterización de mundos realmente similares a la Tierra”, concluye Laura Kreidberg, del Instituto Max Planck de Astronomía (Alemania).