A pesar de los estudios y el conocimiento que ha recogido la humanidad sobre el espacio exterior, el Sistema Solar todavía esconde muchos secretos y ahora, los astrónomos están poniendo énfasis en las lunas, puesto que en varias de ellas han detectado la posible existencia de vida.

Como es de conocimiento, la Tierra no es el único planeta que cuenta con un satélite natural como la Luna. De hecho, la mayoría de los cuerpos celestes cercanos tiene lunas, algunos incluso albergan más de 100 de ellas, como Saturno, por ejemplo.

Sin embargo, no todas son como la nuestra y algunas tienen características excepcionales con las que podrían albergar vida, dicen los expertos. Ya sea vida acuática, microscópica, podría estar allí, a la vuelta de un planeta.

Cuando se habla de encontrar vida en la Luna, la más comentada y con mayores posibilidades, según astrónomos, es Europa, que orbita el planeta Júpiter, el más grande del Sistema Solar.

Europa es uno de los principales satélites galileanos de Júpiter y figura como el más pequeño de los 4. En comparación a la Tierra, la diferencia de tamaño es menor, puesto que alcanza 1.737,4 km de radio, mientras que Europa llega a los 1.560,8 km, según la NASA.

Luna Europa es la más esperanzadora para encontrar vida
Vista de cerca de Europa y vista desde un sobrevuelo sobre su superficie tomada por la misión Juno, NASA.

Con observaciones desde telescopios terrestres, los científicos que estudian las ciencias planetarias teorizaban desde hace décadas que la superficie de Europa estaba cubierta por una capa de hielo de agua líquida o hielo fangoso. Pero no fue hasta 1979 que agregaron que también podría contener agua líquida.

Ese año, justamente las sondas Voyager pasaron por el llamado Sistema Joviano, que incluye a los planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y recogieron datos sobre esta particular característica.

Posteriormente, observaciones más actuales desde la Tierra, la sonda Galileo y otros telescopios espaciales, respaldaron lo que venían apuntando las Voyager. Un elemento clave y potencial para la vida.

Europa de cerca
Otro vistazo de cerca a la superficie de Europa, por la sonda espacial Juno de la NASA.

Con el tiempo y profundizando en estos datos, los científicos comenzaron a entender la composición química de Europa. Resulta que para la existencia de vida, como la conocemos, existen tres pilares: agua líquida, los elementos químicos apropiados y una fuente de energía.

De acuerdo con un artículo de la NASA, los astrobiólogos, que estudian el origen, la evolución y la vida en el universo; “creen que Europa tiene abundante agua y los elementos químicos correctos, pero ha sido difícil confirmar una fuente de energía”.

Aquello es lo que se estudia actualmente. “Si finalmente encontramos alguna forma de vida en Europa, pueden ser microbios, o tal vez algo más complejo. Si se puede demostrar que la vida se formó de forma independiente en dos lugares alrededor de la misma estrella, entonces sería razonable sospechar que la vida brota en el universo con bastante facilidad”, señala la agencia espacial.

Para determinar esto, en 2024 se espera el lanzamiento de la misión espacial Europa Clipper, una sonda de la NASA que viajará hasta este satélite para sobrevolar su superficie y continuar los estudios de la misión Galileo, que fue lanzada en 1989.

Asimismo, este año también despegó la misión JUICE, que observará en detalle a Júpiter y 3 de sus lunes principales, Ganímedes, Calisto y Europa, con un conjunto de instrumentos de teledetección, geofísicos e in situ. Sólo quedaría esperar.

Otras lunas del Sistema Solar que podrían contener vida

Ganímedes

Europa no es la única Luna de Júpiter que podría contener vida, en segundo plano figura Ganímedes (Ganymede), la más grande del planeta gaseoso y una de las más gigantescas del Sistema Solar.

Esta Luna, dobla el tamaño de nuestro satélite con sus 2.634,1 km de radio, siendo incluso más grande un planeta: Mercurio. Además, también está congelada en su superficie y podría albergar un verdadero océano en su interior, con más agua que en toda la superficie de la Tierra.

La NASA explica que “el océano de Ganímedes tiene 100 kilómetros de espesor, 10 veces más profundo que el océano de la Tierra. Y se cree que está enterrado bajo una corteza de 150 kilómetros de espesor compuesta principalmente por hielo”, al igual que Europa.

Cabe destacar que también es la única Luna que tiene su campo magnético propio, que fue descubierto por la sonda Galileo a mediados de los 90’s.

“El campo magnético provoca auroras, que son cintas de gas electrificado, caliente y resplandeciente, en las regiones que rodean los polos norte y sur de la Luna. Debido a que Ganímedes está cerca de Júpiter, su campo magnético está incrustado o se encuentra dentro del campo magnético de Júpiter”, detallan.

Luna Ganímedes
Parte de la superficie de Ganímedes por la sonda espacial Juno de la NASA.

Titán

Otro planeta del Sistema Solar que tiene lunas con características especiales para la vida, es Saturno, que de hecho esta semana tras nuevos hallazgos se convirtió en el número uno con más lunas, contando 145 a la fecha y superando a Júpiter, que tiene 92.

La Luna más grande de Saturno es Titán, que mide 5.149,5 km de diámetro, unos mil kilómetros menos que la Tierra. También es un mundo congelado con las demás, a diferencia de que tiene una atmósfera más densa.

Sin embargo, lo que la destaca más es que es el único objeto del Sistema Solar -además de la Tierra- que tiene cuerpos líquidos activos, como ríos, lagos e incluso mar en su superficie, apuntan los astrónomos. Y en la misma línea, tiene precipitaciones.

“Se sabe que tiene un ciclo similar a la Tierra de líquidos que llueven de las nubes, fluyen a través de su superficie, llenan lagos y mares y se evaporan de nuevo en el cielo”, dice la NASA. También se teoriza tendría un océano en su interior.

Si bien, aún no se detectan signos de vida en este cuerpo, la sonda espacial Cassini recogió datos sobre un océano interior de agua líquida, mientras que la sonda Huygens de la Agencia Espacial Europea (ESA) midió señales de radio durante su acercamiento a Titán, que indican la presencia de un suelo helado y que los cuerpos líquidos superficiales estarían compuestos de metano y etano.

Titán
Imágenes de Titán compuestas con datos recogidos por la sonda Cassini de la NASA.

Encélado

Otra Luna de Saturno que tendría esperanza de vida es Encélado (Enceladus). Según la NASA, sus características son particulares porque, si bien tiene una capa de hielo en su superficie “rocía su océano hacia el espacio donde una nave espacial puede tomar muestras”, señalan.

“A partir de estas muestras, los científicos han determinado que Enceladus tiene la mayoría de los ingredientes químicos necesarios para la vida, y probablemente tiene respiraderos hidrotermales que arrojan agua caliente rica en minerales a su océano”, agregan.

A pesar de lo esperanzador que suena, es mucho más pequeña que las demás, alcanzando a penas los 252,1 km de radio y 500 km de ancho, más pequeña incluso que Plutón, que tiene 1.188,3 km de radio.

También destaca por su color blanco brillante, que se mantiene debido a que cuando expulsa su agua líquida hacia el exterior, parte de ella es absorbida por los anillos de Saturno, pero otro porcentaje regresa a la Luna en forma de nieve, de acuerdo con datos de Cassini.

Encélado
Vistas de cerca y lejos de Encélado, tomadas por la sonda espacial Cassini de la NASA.

Lunas de Urano, un nuevo descubrimiento

Sumado a las lunas ya mencionadas, este año se publicó un importante descubrimiento sobre los satélites de Urano, a partir de datos de las sondas Voyager que fueron analizados recientemente y sometidos a simulaciones.

Con ello, los expertos descubrieron que, 4 de las lunas más grandes del planeta, Ariel, Umbriel, Titania y Oberon, también podrían contener océanos de agua líquida en su interior.

Anteriormente, los astrónomos ya proponían que Ariel y Umbriel podrían contener capas oceánicas en su interior de hasta 30 kilómetros de profundidad, mientras que Oberón y Titania que son las más grandes, podrían albergar océanos de hasta 50 kilómetros.

Sin embargo, recién este año se confirmaron los primeros datos sobre la evolución y la composición interior de estas lunas, además el estudio incluyó a Miranda, la quinta de las más grandes.

En primera instancia, los astrónomos midieron las superficies de las lunas de Urano y determinaron que estarían demasiado aisladas para mantener un calor interno necesario para albergar un océano.

Pero después, “encontraron lo que podría ser una fuente potencial de calor en los mantos rocosos de las lunas, que liberan líquido caliente y ayudaría a un océano a mantener un ambiente cálido”, explicó la NASA.

Además, teorizan que las probabilidades de una capa oceánica son más altas para Titania y Oberón, “donde los océanos pueden incluso ser lo suficientemente cálidos como para soportar la habitabilidad”, señalan. Es decir, podrían contener vida.

En la misma línea, un hallazgo clave serían los cloruros y el amoniáco, que ayudarían a mantener el calor y evitar el congelamiento de estas capaz oceánicas en objetos que están tan lejos del Sol y cuyo planeta que orbitan no emita la suficiente con su fuerza gravitacional.

A pesar del detalle de esta investigación, los resultados por el momento no se consideran definitivamente concluyentes y aún faltan algunas observaciones por delante, alertan los expertos.

Lunas de Urano
Imagen del sistema de satélites naturales de Urano, tomada por el telescopio espacial James Webb, de la NASA.