A diferencia de lo que podría interpretarse del uso del JWST, al ser un telescopio espacial, es más fácil llegar a él. Esto porque no es necesario estar en la sala de control para acceder a sus datos.

El pasado 12 de julio entró en operación uno de los instrumentos para la observación astronómica más potentes a la fecha: el telescopio espacial James Webb (JWST). Ahora, son varios los investigadores de distintas partes del mundo que hacen fila para acceder a sus datos y sacarle el mayor provecho al observatorio.

Entre ellos se encuentra el astrónomo de la Universidad de Chile, César Fuentes, que también se desempeña como investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA). El experto colaborará con el James Webb extrayendo datos en torno a la “estadística de objetos del Sistema Solar”, el área en que se especializa.

“Yo trabajo donde hay evidencia o es el resultado de todo lo que ha ocurrido en el Sistema Solar durante su formación y la evolución de los planetas posteriores”, explica en conversación con BioBioChile.

César se enfoca en recopilar datos y características que puedan entregar detalles sobre la formación del universo y como este cambia a través del tiempo. Así investiga y observa objetos del Sistema Solar, como también rastros o “basura” estelar que detectan los telescopios.

“Para encontrar estos objetos uso varios telescopios, entre ellos el Hubble. Todas las imágenes del Hubble, tanto de galaxias lejanas como de la nuestra, están contaminados por esta basura que está entremedio, que son estos objetos que orbitan el Sol”, cuenta.

Sin embargo, las imágenes del JWST le facilitarán esta tarea. Y es que el telescopio cuenta con una tecnología de captura de imágenes infrarroja que capta el brillo de los cuerpos celestes por su temperatura y no por el reflejo de las estrellas que orbitan.

“A mí me interesa esa basura, tiene bastante información y en el caso del James Webb al ser infrarrojo la luz que uno está mirando a través de él es principalmente la luz que emite el objeto por su temperatura, por eso son muchos más brillantes. Entonces la contaminación de estos objetos, en las imágenes del James Webb es más notoria“, agrega.

¿Cómo es trabajar con el telescopio espacial James Webb?

A diferencia de lo que podría interpretarse del uso del JWST, al ser un telescopio espacial, es más fácil llegar a él. Esto porque, en palabras de César Fuentes, no es necesario estar en la sala de control para acceder a sus datos.

Lo engorroso podría estar en definir la hipótesis o la línea de estudio que dirigirá la observación. Esta propuesta luego es evaluada por un comité que decide la toma de datos y si es que estos servirán para el estudio. Además, los procesos son telemáticos, por lo cual facilita el acceso a científicos de todo el mundo.

No es necesario ir a ninguna parte, los datos eventualmente están disponibles. Uno es informado que están listos y los puede tomar, analizar, reducir -en palabras más técnicas- para hacer el test y probar la hipótesis”, explica el astrónomo.

No así con los telescopios que se encuentran en Tierra, como los que hay en Chile, por ejemplo.”Era común que uno tomaba un avión y pasaba un par de noches. Por noche se podía observar, tratando de tomar los mejores datos y traérselos en el computador, en el disco duro o como antiguamente en unas plaquitas fotográficas”, relata.

La astronomía para los chilenos

En Chile, la observación astronómica es una de las ciencias más populares. De hecho, en 2019 el profesor José Maza rompió un récord por llevar a cabo la charla científica con más asistentes a la fecha -en el mundo- que tuvo lugar horas previas al eclipse total de Sol que ocurrió ese año.

El evento reunió a más de 10 mil personas y se convirtió en un hito de la divulgación científica en Chile. César Fuentes relaciona este fenómeno a la búsqueda de los porqués “preguntas del origen del universo, que son bien profundas y existenciales. La astronomía da una cierta respuesta hacia ellas sobre como funciona el universo”.

Yo creo que eso hace que, en particular, la astronomía sea un buen vehículo para ejercitar ese músculo de la crítica y la razón, tratando de responder preguntas que nos hagan sentido a cada uno”, agrega.

Además, enfatiza en que aquello también demuestra el crecimiento del país en cuando a informarse de estos temas. “La gente cada vez que tiene la posibilidad de aprender cosas nuevas las toma. Entonces es un poco darse cuenta de cuanto hemos avanzado en educación y los conocimientos de tener esas dudas existenciales sobre cosas importantes”, asegura.

“Yo creo que es bastante positiva esa duda, esas ganas de saber más. (…) Es tremendamente positivo, sobre todo cuando se hacen más presentes estos eventos astronómicos como en un eclipse, que es de las cosas más impresionantes que uno puede ver en el cielo”, complementa.

En la misma línea, destaca el buen recibimiento de las personas hacia estos conocimientos. De hecho, el experto realizará cursos de astronomía para todo público a partir del James Webb en convenio con la Universidad de Chile.

“El valor de estos cursos es que apuntan a cualquier persona que le interese el tema, yo tengo mucha admiración por la gente que gasta su tiempo en poder venir a escuchar charlas científicas”, declaró.

Más allá de lo que ven los ojos: El universo del Telescopio James Webb, es el ciclo de charlas educativas que comenzará el próximo 31 de agosto. Las matrículas estarán abiertas hasta el 25 del mismo mes con un valor de $39.990 pesos chilenos.

“Encuentro muy valiosas esas ganas de aprender y entender aquello que de repente podemos ver en las noticias, pero que no hay tiempo para poder entender un poco más allá y que tenga sentido para uno. Entonces están enfocados en cualquier persona, desde un niño a un adulto”, detalla Fuentes.