En Londres han seguido las multitudinarias y amenazantes manifestaciones callejeras contra el Brexit y con la enérgica participación de Washington, a través de la Subsecretaria de Estado doña Victoria Nuland, experta en insurgencias y violencia callejera, como ya lo demostró en la ciudad de Kiev, capital de Ucrania, en febrero de 2014.

Según la prensa de Estados Unidos y Europa, las protestas han logrado movilizar hasta un estimado de 2 millones de personas, lo que quieren interpretar como señal de que el resultado del referéndum puede ponerse en duda.

En términos realistas, esa movilización de bases, siendo verdaderamente muy grande, sólo resulta proporcional a los más de 16 millones de británicos que votaron en contra del Brexit.

Pero no olvidemos que los que votaron en favor del Brexit fueron 17 millones y algo más, y que un triunfo con más del 3% de ventaja, es un triunfo innegable en cualquiera de las elecciones políticas del mundo. Recordemos que George W. Bush con mucho menos que eso ganó la presidencia de los Estados Unidos.

También se ha alegado que la gente votó sin haber sido bien informada sobre los efectos que tendría el salirse de la Unión Europea. Pero en términos reales, ese argumento es nulo, no vale nada. De hecho, la campaña en favor y en contra del Brexit se inició en la práctica hace más de un año, en junio del año pasado se produjo un fuerte debate parlamentario antes de aprobar la idea de realizar el referéndum.

Y se convirtió en abierta campaña política ya el 20 de febrero de este año, durante 4 meses de intensa argumentación en todos los niveles y con intensa cobertura periodística.

En el debate político y en los numerosísimos foros por TV, radio y entrevistas de prensa, la oposición contra el Brexit tuvo una difusión lejos mayor que la en favor del Brexit, ya que en contra se movilizaron 7 partidos políticos, incluyendo al Partido Laborista, el Liberal Demócrata, los Verdes, el unionista de Ulster y el Sinn Fein.

A favor del Brexit, en cambio, sólo se jugaron 3 partidos políticos: el Unionista Tradicional, el Unionista Democrático, y el partido por la Independencia del Reino Unido.

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