La novela gráfica Santiago 1973, con textos de Fernando Letelier Baltierra (Talca, 1955) e ilustraciones de Gianfranco Fortunatti Bustos (Santiago, 1985), relata la historia del primero al llegar a estudiar a la capital. En 1973.

El protagonista llega a un mundo desconocido, sin una posición política clara. Se aloja en la Residencia Universitaria Cardenal Caro, gracias a un cura amigo de la familia. Un espacio que será central para acogrlo.

Santiago 1973

“Este libro grafica el doloroso tránsito de la infancia a la juventud de un muchacho Eprovinciano que -al igual que otros tantos, antes y después- emigra a la capital para estudiar. De tan repetido, este relato carecería de interés si no fuera porque transcurrió en ese año turbulento que marcó a sangre y fuego…”, parte escribiendo Fernando Letelier en las Palabras previas.

El autor agrega: “Recuperar esas voces es el propósito de esta narración “casi” autobiográfica. El matiz obedece -al igual que el distanciarme usando un alter ego- a que si bien son mis vivencias, los detalles han sido novelados para beneficio del relato: hay anécdotas que quizás pasaron de otra forma o en momentos distintos, pero en lo medular refleja la fascinante y traumática realidad…”

Quizás, nos podríamos quedar con estas palabras. Pero Septiembre 1973 tiene el valor de aportar, desde la memoria, el relato de un joven despolitizado que llega a un mundo desconocido. A un ambiente que política y socialmente está muy polarizado. Que está, además, en un momento vital muy particular y complejo.

Fernando Letelier Baltierra entrega un relato mediado por el tiempo. Es el recuerdo de tiene hoy de ese periodo. Lo que aporta, posiblemente, más cariño -por ese joven que fue como por los demás actores- y sabiduría. Para mirar como para relatar.

Otro punto valioso de Santiago 1973 es que se trata de un relato directo, poco pretencioso. Sin “héroes” ni “villanos”. Es una historia que pudo pasarle a muchas personas, puestas en esas circunstancias. Y eso la hace más universal.

Editorial Cafuné

Ilustraciones

Las ilustraciones Gianfranco Fortunatti Bustos son realistas. Apropiadas para un relato concreto. Directo. Ellas permiten no solo ambientar la historia de Fernando Letelier, sino transportar a la ciudad que era Santiago en esos años.

Así, se pueden ver las tremendas excavaciones que hubo esos años para construir el metro, muchos negocios que han desaparecido o se han transformado. Como, por ejemplo, los Juegos Diana frente a la Iglesia San Francisco. O el vestuario de la época. Hasta llegar a detalles mínimos, como una gran taza o tazón que, por aquellos años, se fabricaba en Penco.

Es una ilustración que ambienta y entrega información. Y se agradece.

Novela gráfica

El formato novela gráfica resulta un formato adecuado para este relato. Es más masivo, amigable para todas las edades, acorde con una historia que está relatado para un público amplio. También porque, sin entrar en descripciones, entrega mucha información de la época, incluyendo el peso de la prensa escrita y de las radios. Además, permite retratar bien al protagonista, un joven tímido, de pocas palabras, tratando de adaptarse a un mundo nuevo en un contexto caótico.

Santiago 1973 se puede leer muy rápido. Sin embargo, las sensaciones, sentimientos, observaciones y reflexiones que transmite quedarán por un tiempo en las y los lectores. E invitarán a reflexionar sobre la necesidad de dialogar, de confrontar ideas y de mirar la realidad y a las personas desde un lado más humano, más cariñoso.

Editorial Cafuné

Santiago 1973

Guion y texto: Fernando Letelier Baltierra
Arte y diseño: Gianfranco Fortunatti Bustos
Editorial Cafuné

Santiago de Chile, 2023