Iquela, Felipe y Paloma son tres jóvenes unidos por la amistad y la desgracia. Aquella producida por la represión, la tortura, muertes y exilio de los padres. Historias donde, más que nostalgia, hay “ desconfianza, incertidumbre, humor y resentimiento", en palabras de la premiada autora.

Paloma llega desde Alemania para enterrar a su madre, Ingrid Aguirre, en Chile. Pero el último deseo se ve entorpecido porque su cuerpo no llega Chile. El vuelo fue desviado a Mendoza. Paloma, que es fruto del exilio, una tensión entre su ser alemana y sus raíces chilenas, desea cerrar la hustoria. Hacerse cargo hasta el final de su muerto.

“Cientos de muertos queriendo volver, retornar, repatriarse…” (pp 172)

Felipe es solitario, vive en un potente mundo personal, interno, donde le obsesionan los muertos. Unos que va encontrando por todos lados y que va restando. Necesita hacer calzar los números, muertos y tumbas, por ejemplo.

“Mi madre tendría días felices, días en que ella y yo veríamos lo mismo al otro lado de la ventana.” ( pp 82).

Iquela mantiene una fuerte y compleja relación con su madre y con Felipe. Con él son como hermanos, se han prometido no abandonarse nunca. Acompañarse, ser choznos. Protegerse como dos náufragos en mitad del océano.

“… le pegué como solo se golpea a alguien que uno quiere.” (pp 148)

Los tres deciden rescatar el cuerpo de Ingrid y cumplir su último deseo.

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“Repatriarla, eso es, y yo me distraje pensando si acaso los vivos retornaban y eran los muertos los únicos capaces de repatriarse.” (pp 69)

Estos son, en resumen, los hechos. Sin embargo, en La resta estos son solo una pequeña parte. Porque Alia Trabucco (Santiago, 1983) entrega una escritura particular, densa y agobiante, como sus personajes y sus historias. Una escritura acorde con personajes traumados, obsesivos. Jóvenes producto y herederos de traumas, de dolores y culpas. De sueños rotos y vidas sin sentido. En medio de un mundo que, aparentemente, “sigue girando” en la indolencia y el desgano.

La resta presenta escenas e imágenes memorables. Frases que calan, que dejan reflexionando, que cuestionan, sorprenden. Es un relato que mira desde estos seres frágiles, dañados. Y, a través de ellos, muestra posibles efectos de tantas fracturas y violencias. Violencias y fracturas de esos tiempos -aún presentes en muchos- que pueden ser aplicables a otros tiempos, a otras violencias y traumas.

Como otros libros (y documentales) sobre hijos de víctimas de la dictadura, mira desde ellos, desde sus vivencias con retazos incomprendidos, lagunas. Vidas que son puzles incompletos. A veces incomprensibles. Alia Trabucco lo hace pero con dosis de rabia, resentimiento. De mundos creados por cada cual para sobrevivir esas circunstancias que, para muchos niños, fueron desconcertantes y poco protectoras.

El premiado libro debut de Alia Trabucco (Las homicidas, 2019, Limpia, 2023), es un libro que lleva por caminos oscuros, tortuosos y densos para reflexionar sobre identidades y arraigos, filiaciones y afectos. Sobre relaciones rotas, culpas y la necesidad imperiosa de sentido y de otros, de otras.

La resta, publicada originalmente el año 2015, obtuvo, entre otros, el Premio a la Mejor Obra Literaria 2014, categoría novela inédita; elegida entre los 10 mejores libros de 2015 a través de encuesta de La Tercera; fue seleccionada por El País de España entre las diez mejores novelistas debutantes 2015; y fue finalista del Premio Man Booker International 2019 (por La resta traducida al inglés por Sophie Hughes).

Lumen

La resta

Alia Trabucco Zerán
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Impreso en Uruguay, agosto de 2023.