El pasado 2 de julio falleció el destacado poeta local Pablo Guíñez, a la edad de 91 años.

La noticia fue confirmada por la Sociedad de Escritores de Chile (Sech), entidad cultural en la que el vate fue un activo miembro.

Nacido en Lumaco el 30 de junio de 1929, Guiñez perteneció a la llamada “Generación del 50”, que renovó el acontecer literario chileno de la época.

Se trataba de un grupo de autores que pretendía distanciarse de la tradición literaria local, anclada por esa década en el “criollismo”.

Entre las influencias del movimiento, destacaban la literatura estadunidense (Walt Whitman, por ejemplo) y rusa (Leon Tolstoy, Fedor Dostoievski), entre otras. Algunos de sus exponentes, fueron Enrique Lafourcade, José Manuel Vergara, Armando Cassigoli, Jorge Edwards y Claudio Giaconi.

Guíñez publicó “Miraje solitario” en 1952, y entre sus obras más importantes destacan “Afonía Total”, “Fundación de las Aguas”, “La Rosa Devorada” y “Territorio Celeste”, esta última publicada en 2004.

También fue merecedor de varios galardones, como el Premio República del Salvador, el Premio Pedro de Oña de la Municipalidad de Ñuñoa; el Premio Jerónimo Lagos Lisboa (Sech) y el Premio Juegos Florales Gabriela Mistral (1969).

Guíñez, además, “se desempeñó como profesor normalista (República Argentina, El Prado de Peñaflor, Internado Bata) y fue un reconocido tallerista, ensayista y colaborador de nuestro gremio”, destacan desde la Sech.

“Entregamos nuestras condolencias a su familia, discípulos y amigos”, añadieron.