El mito dice que, a mediados del siglo XVIII, el conde Karl von Kaiserling, antiguo embajador de Rusia en el tribunal electoral de Sajonia, sufría de insomnio.

Por Carlos Salazar

Entonces, Karl von Kaiserling encargó al clavecinista Johann Gottlieb Goldberg interpretar, sin parar, el “Aria con variaciones diversas para clave con dos teclados” de Johann Sebastian Bach.

Treinta variaciones después, el conde lograba conciliar el sueño. Y premiaba al joven músico con un cáliz repleto de 100 monedas de oro. Desde entonces, la pieza es conocida como “Las variaciones Goldberg”, no sólo en el ámbito de la música clásica. También en la cultura popular, al representar la claridad, la serenidad y el genio, para espacios tan disímiles como la belleza en medio de la destrucción en “El Paciente Inglés” o una masacre caníbal en “El silencio de los inocentes”.

Efecto de la música clásica en niños

Otro mito señala que la música clásica favorece en niños ciertas habilidades intelectuales a futuro. El axioma, popularizado por las disqueras, dio pie a amplias colecciones y publicaciones referidas a “el efecto Mozart”.

Algo que no tiene sustento científico. Eso cree el profesor de música Manuel Puebla, ganador del premio Global Teacher Prize Chile 2022, Magíster en Neurociencia aplicada a la educación. Puebla ha investigado el efecto del acceso y exposición a la música en niños y también en adultos que no contaron con este estímulo.

“Antes se solía decir que había un mayor desarrollo cognitivo con la música de Beethoven, Bach o Mozart, pero no hay estudios que aseguren esto. A lo largo del tiempo se ha desarrollado este neuromito de que mientras a más temprana edad se exponga a los niños y niñas a este tipo de música, van a desarrollar ciertas habilidades cognitivas, especialmente relacionadas con las matemáticas, pero eso no es tan así”, declara el egresado de Pedagogía en Música de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

CEAC

Manuel Puebla plantea la analogía de un niño expuesto a más de un idioma o más de un tipo de música. En el caso supuesto de un niño que crece en un hogar donde se habla francés, alemán, chino-mandarín, inglés y español, se dará una facilidad para que el sujeto reconozca fonéticamente estos sonidos más tarde.

“Quizás se dé más fácilmente una mejor forma de expresar esos idiomas, de una manera más coloquial, no tan formal cuando, más adelante, tenga que estudiarlo o escucharlo, incluso. No obstante, si un niño nace en un contexto donde solamente escuchó el español, al ser adulto y escuchar alemán o tener que hacerse esta fonética va a ser más complejo para él, porque nunca lo va a haber escuchado. Va a ser información totalmente nueva, y ya más adulto esas conexiones neuronales son más complejas también de que permanezcan”, explica respecto a familias que sólo escuchan un tipo de música.

Música activa versus escucha pasiva

En el caso de Johann Sebastian Bach o cualquier otro autor de música clásica, el profesor Puebla señala que, indistintamente, el ampliar el espectro de estilos, hará que en el futuro de esa persona expuesta a este estímulos pueda más fácilmente reconocer o estudiar este camino de polifonías.

“Usualmente se llega a la misma conclusión a la que llegó el pedagogo y músico Edwin Gordon, quien dijo que desde temprana edad hay que exponer a los niños a distintos tipos de música, no solamente a la música infantil. Es decir, jazz, blues, música en distintas tonalidades, etcétera, con el fin de que el niño o la niña puedan desarrollar este oído para poder percibir distintos tipos de música desde temprana edad, y esto con el fin también de poder comprenderla más tarde”.

CEAC

En ese sentido, Puebla recomienda a padres y educadores utilizar la música de los grandes autores en un contexto más activo de la enseñanza y no sólo la escucha pasiva.

“Acceder a estas obras yendo un poco más allá de escucharla y hacer algo con esa música, quizá en actividades de movimiento o acceder a ella a través de musicogramas (formas gráficas y coloridas para comprender la música y poder “mirarla” en forma activa). Hay diversas formas de acercarse a la música de cualquier tipo sin implicar con esto que un niño vaya a ser más músico o menos músico o más matemático o menos matemático”, recomienda.

VI Ciclo de Piano del Teatro Universidad de Chile

El VI Ciclo de Piano del Teatro Universidad de Chile, dedicado a Johann Sebastian Bach, contempla cinco conciertos. Éstos se realizarán desde el miércoles 4 de octubre hasta el 22 de noviembre, a las 19:30 horas.

Los conciertos estarán a cargo de destacados intérpretes nacionales. El primero será Gustavo Miranda, quien abre el programa con “Las variaciones Goldberg”. Luego continua el 11 de este mes con Gracia Steinemann. El l 8, 15 y 22 de noviembre con Monserrat Bravo, Roberto Bravo y Luis Alberto Latorre, respectivamente.

Más información sobre los conciertos en https://www.ceacuchile.cl/